Maestros de la pintura moderna retratan en Lisboa la naturaleza inerte

  • Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Paul Cézanne, Juan Gris, Salvador Dalí, Henri Matisse y George Braque son algunos de los maestros de la pintura de los siglos XIX y XX reunidos en la muestra "Naturaleza muerta en Europa", inaugurada hoy en Lisboa.

Lisboa, 20 oct.- Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Paul Cézanne, Juan Gris, Salvador Dalí, Henri Matisse y George Braque son algunos de los maestros de la pintura de los siglos XIX y XX reunidos en la muestra "Naturaleza muerta en Europa", inaugurada hoy en Lisboa.

El difuso tratamiento de la luz y el espacio del impresionismo, la descomposición cubista, la figuración milimétrica del posrealismo o la transgresión surrealista están expresados en las 93 obras de la muestra, abierta hasta el próximo 8 de enero en la Fundación Calouste Gulbenkian.

Sin orden cronológico, pero sí temático, "Naturaleza muerta en Europa" propone un excitante recorrido por la historia del arte moderno que abarca las distintas perspectivas acerca de un objeto: desde las ingenuas reflexiones sobre su presencia hasta su dramática transformación en una pesadilla.

"Es una celebración de la vitalidad de la naturaleza", aseveró el comisario de la muestra, el británico Neil Cox, al referirse a una de las emblemáticas obras expuestas: "El florecimiento de las ramas de castaño", firmada por Van Gogh en 1890.

El audaz pintor holandés plasma en este cuadro su enérgico tratamiento de los colores -uno de sus rasgos más identificativos- y sus exuberantes formas, rebosantes de optimismo.

"Cesto de limones y botella" (1888), cuya caprichosa composición y llamativo color trascienden los objetos captados, es otra de las tres piezas de Van Gogh en exhibición junto a "Un plato de cebollas" (1889).

Una "sofisticada" obra de Matisse -"Ramo de dalias"- supone una soberbia y "complicada" representación del espacio común de un artista, según Cox, quien situó "El violín Bach", de George Braque, como una de las obras más valiosas de la exposición.

A través de una técnica de "collage" el autor logra "explorar distintas formas de representación mediante piezas de realidad" en una paradójica pintura que conjuga simpleza y complejidad, remachó el comisario.

Pablo Picasso y Juan Gris, con sus características descomposiciones formales, son otros de los destacados autores representados en la exposición, donde también caben las contundentes formas geométricas de Le Corbusier y de Vladimir Tatlin, autor de la vanguardia soviética.

"Jarro, copa y limón" (1907), pintado el mismo año que el célebre "Señoritas de Avingon", pertenece a un Picasso primigenio que había descubierto las infinitas posibilidades que brindaba la distorsión figurativa, mientras que "Tablero de Ajedrez" (1917) es la genuina aportación cubista de Gris.

Del pintor malagueño también se expone "Calavera y tres erizos de mar" (1947), perteneciente a su fase oscura influenciada por los horrores de la guerra.

La exhibición se adentra sin tapujos en las vanguardias artísticas de las primeras décadas del siglo XX, especialmente en el surrealismo y su insondable mundo onírico.

René Magritte y su provocador "Retrato" (1935) desafía al espectador con su misterioso plato-ojo, mientras que Dalí expone su particular "Sentido de la velocidad" (1931) envuelto en una enigmática atmósfera.

Un recorrido por el siglo XX no podía obviar el polémico papel de la fotografía al arte de retratar objetos. "Naturaleza muerta en Europa" le brinda su particular homenaje con la muestra de antiquísimos negativos contrapuestos con representaciones pictóricas.

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