Marchamalo se cuela en las bibliotecas de los escritores más importantes

  • Dime qué lees y te diré quién eres o, como decía Marguerite Yourcenar, la mejor manera de conocer a alguien es ver sus libros. Y eso es precisamente lo que cuenta el escritor y periodista Jesús Marchamalo en "Donde se guardan los libros", una ventana a la biblioteca de veinte grandes escritores.

Carmen Sigüenza

Madrid, 15 oct.- Dime qué lees y te diré quién eres o, como decía Marguerite Yourcenar, la mejor manera de conocer a alguien es ver sus libros. Y eso es precisamente lo que cuenta el escritor y periodista Jesús Marchamalo en "Donde se guardan los libros", una ventana a la biblioteca de veinte grandes escritores.

Mario Vargas Llosa, Antonio Gamoneda, Javier Marías, Clara Janés, Fernando Savater, Arturo Pérez-Reverte, Luis Mateo Díez, Jesús Ferrero, Francisco Rico, Juan Eduardo Zúñiga, Luis Landero o Gustavo Martín Garzo, entre otros, son algunos de los escritores que se han dejado visitar por este "inspector de bibliotecas", como lo denominó el poeta Antonio Gamoneda.

Y es que Jesús Marchamalo (Madrid, 1960), que ha desarrollado casi toda su carrera profesional en Radio Televisión Española, desde finales de 2007 comenzó a publicar en el suplemento cultural del diario Abc la serie "Bibliotecas de autor", un recorrido por las de algunos de los autores más relevantes, que le hablaban de sus libros y de cómo estos estaban ordenados.

Ahora, en la obra "Donde se guardan los libros", publicada por Siruela, incluye cinco autores más y un sinfín de fotografías de estos rincones tan íntimos, según explica el propio Marchamalo en el prólogo.

"Las bibliotecas dicen mucho a los lectores; yo soy un investigador aficionado ya desde hace tiempo, y cuando voy a casa de amigos lo primero que hago es fijarme en sus bibliotecas para ver si comparto libros con ellos", explica a Efe este escrutador, al que ninguno de los escritores le puso traba alguna para inmiscuirse en sus volúmenes.

Además de mostrar la biblioteca, los autores recomiendan tres libros: uno de literatura universal, otro de un escritor contemporáneo y un tercero que ellos hayan escrito.

De esa manera, el libro va confeccionado una gran biblioteca orientativa para los lectores.

Entre las bibliotecas más curiosas destaca la de Mario Vargas Llosa, en un capítulo denominado "El libro de las cuarenta casas". El autor de "La fiesta del Chivo" le recibió en su casa de Madrid, pero sus bibliotecas han recorrido París, Barcelona y Lima, aunque es en Madrid donde tiene un sistema informático que le permite saber qué libro tiene en cada lugar.

En total, veinticinco mil ejemplares, "salpicados de pequeños hipopótamos", sus fetiches, que coloca en los anaqueles.

La de Antonio Gamoneda, en León, repone las heridas que sufrió la de su padre, en Oviedo, tras la guerra. Y en ella conserva el único libro que heredó de su progenitor, que además había escrito él mismo y con el que aprendió a leer.

También Luis Landero enseñaba a leer a sus alumnos con los libros de su biblioteca, otra biblioteca móvil, porque muchos de ellos los llevaba en el coche.

Y entre las recomendaciones de unos y otros autores figuran "La Celestina", "El Quijote", Shakespeare, Borges, Flaubert, "Tristram Shandy", Eduardo Mendoza, Thomas Mann, Peter Novick o Pío Baroja, entre otros muchos conocidos y no tanto.

A Marchamalo le cuesta decir cuál de las bibliotecas le ha sorprendido más, pero sí se atreve a señalar la de Javier Marías, por excepcional. "Me pareció preciosa, muy vivida y muy leída, pero también la de Landero, Soledad Puértolas o Vila Matas; si te gustan los libros, todas son maravillosas", concluye.-

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