Michael Haneke, de profesión cineasta y provocador

  • Alicia García de Francisco.

Alicia García de Francisco.

Madrid, 25 oct.- Michael Haneke es un gran cineasta, y sus películas y premios recibidos, como el Príncipe de Asturias de las Artes, lo avalan. Pero ante todo es un provocador nato al que le gusta ahondar en lo más profundo, incómodo y, muchas veces, repulsivo del ser humano.

Títulos como "La cinta blanca", "Caché" o "Funny Games" le han hecho merecedor de tantas alabanzas como de críticas, aunque nunca por falta de calidad de sus trabajos; más bien al contrario, porque su excelencia y precisión provoca emociones extremas y, casi siempre, perturbadoras.

A sus 73 años, este austríaco nacido en Múnich se muestra tranquilo y pausado en sus apariciones públicas, pero se transmuta en pura vitalidad, energía y un punto de soberbia adolescente cuando se trata de los rodajes de sus películas.

Esa faceta menos conocida del cineasta es la que muestra "Michael H. Profesión: director", un interesantísimo documental que llega hoy a las pantallas españolas, el mismo día en el que Haneke recogerá en Oviedo el Príncipe de Asturias.

Empezando por su última película, "Amor", su soberbio homenaje a la profundidad del amor, y finalizando por su primer largo, "El séptimo continente", el documental hace un repaso en orden cronológico inverso a los trabajos de ficción del cineasta.

El director de este documental, Yves Montmayeur, ha seguido durante diez años a su amigo y cineasta para entender mejor la violencia que muestra en sus películas, totalmente pacifistas, aunque pueda parecer un contrasentido.

Obsesionado por mostrar el lado oscuro de la sociedad y del ser humano, la imagen de Haneke, siempre vestido de negro, parece estar en consonancia con lo retorcido que es a veces su cine, pero su apasionada forma de hablar de la vida y del trabajo ofrecen una imagen muy diferente del cineasta.

"Es lo más difícil. El amor es difícil. No se nos concede a todos", reflexiona Haneke en el documental, en el que se le ve como profesor de actores en una escuela de Viena, dirigiendo escenas de algunas de sus películas o presentando sus trabajos en el Festival de Cannes.

Salpicada la narración con sus declaraciones o con los testimonios de algunos de los actores que han trabajado con él, como Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Huppert o Susanne Lothar, el documental construye una completa visión de Haneke como cineasta y como persona.

Sus temores están claramente reflejados en sus películas; especialmente, reconoce el temor a la muerte y al dolor, tanto el propio como el de los seres queridos.

Y su concienzuda búsqueda de la perfección durante rodajes en los que repite incansablemente hasta dar con la escena perfecta. "Ha sido la primera toma, siempre la mejor es la primera", señala tras finalizar una secuencia de "Código desconocido".

Pero no es la primera toma, como le recuerda uno de los actores, que asegura que han hecho mas de veinte. "Pero es la primera buena", afirma irónico Haneke.

Un Haneke que instantes antes gritaba desaforado a uno de los actores secundarios por mostrar demasiada rabia. O que en el rodaje de "La cinta blanca" no dudaba en tirarse al suelo y simular ser un niño maltratado para mostrar cómo debía interpretarse un momento de la película.

Inasequible e incansable, Haneke no duda en ponerse en la piel de sus actores para mostrarles cómo quiere que hagan un determinado movimiento o la más banal de las miradas.

Y pone una gran pasión en todo lo que hace. En las películas o en las óperas que ha dirigido, como dos de las más conocidas de Mozart, "Don Giovanni" y "Cosi fan tutte", esta última estrenada en el Teatro Real de Madrid en febrero de 2013.

El resultado es ser considerado uno de los mejores directores vivos y haber recibido el reconocimiento en forma de múltiples premios.

Ha ganado dos veces la Palma de Oro de Cannes, por "La cinta blanca" (2009) y por "Amor" (2012), largometraje que le reportó además el Óscar a la mejor película en lengua no inglesa y el César de la Academia de Cine de Francia.

Hijo de director Fritz Haneke y de la actriz Beatriz Degenschild, estudió Literatura, Psicología y Artes Escénicas en la Universidad de Viena y empezó su carrera como realizador independiente en 1970, aunque en un primer momento se centró en la televisión.

Debutó en la gran pantalla con "El séptimo continente" en 1989, a la que siguieron "El vídeo de Benny" (1992), "71 fragmentos de una cronología del azar" (1994), "Das Schloß" (1997), "Funny games" (1997), "Código desconocido" (2000), "La pianista" (2001), "El tiempo del lobo" (2003), "Caché" (2005), la nueva versión de "Funny games" (2007), "La cinta blanca" (2009) y "Amor" (2012).

Apenas una docena de películas que componen una de las filmografías más complejas del cine contemporáneo y que hacen de Haneke uno de los cineastas más insobornables del panorama actual.

La defensa de su cine frente a lo comercial le ha hecho ser distinguido con reconocimientos como la Cruz de Honor de las Artes y las Ciencias de Austria (2007); comendador de la Orden de las Ciencias y las Letras de Francia (2010); la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid y, desde hoy, Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Mostrar comentarios