Miguel Aranguren: "Toda la ficción posible está dentro de la realidad"

En El arca de la isla (La Esfera de los Libros), Miguel Aranguren (1970) sorprende por la mezcla de historias, personajes, situaciones, giros y lugares increíbles. Tras la publicación de La hija del ministro, La sangre delpelícano, Desde un tren africano o Aquel verano Aranguren se atreve ahora con el género de aventura al estilo de la novela de viajes.

En la novela Mario Guillén de Haro es un adolescente adoptado por un matrimonio muy original, ya que supadre se dedica a la transformación de coches de lujo en piezas de museo. Su apacible vida deadolescente cambia para siempre la noche en la que recibe una llamada de la Policía. Sus padreshan fallecido en un accidente de tráfico. Sin embargo, un testigo asegura haber visto algoextraño: una sombra monstruosa caída del cielo que determinará el comienzo de una aventurafebril.

¿Cómo surge toda esta historia que tiene la particularidad de tener una mezcla de géneros sorprendente?

Para mí escribir es un reto y siempre que me planteo un nuevo libro busco también el atractivo de ponerme alguna dificultad. Hacía bastante tiempo que quería abordar un género, que es el de la aventura, porque además me parece que es un vehículo estupendo para aficionar a la lectura.

Por otro lado, quería también trabajar una tesis que no es sencilla de explicar a través de una novela pero que a mí me preocupa y es el asunto del posibilismo. Vivimos en una época donde han avanzado tanto las ciencias, entre otras cosas, que parece que todo lo posible es ético.

¿Cómo describirías tú al protagonista Mario Guillén de Haro?

Mario Guillén de Haro es un chaval de 17 años. Su historia transcurre más o menos en el año 1995 y Mario es un chico como otro cualquiera que vive en una gran ciudad con una vida más o menos sencilla, está a punto de terminar el colegio, de plantearse el comienzo de la vida universitaria…, y de repente se cruza en su vida una aventura que jamás sospechó que le podía suceder y en este sentido Mario también nos viene a recordar que a cualquiera de nosotros la vida se nos puede convertir en una novela. Es decir, que muchas veces pensamos que estamos todos en la rutina y no es cierto, ya que por ejemplo la historia de Mario supera cualquier posibilidad que seamos capaces de imaginarnos.

Yo creo que todos podemos recordar algún momento de nuestra vida en la que de repente unas circunstancias inesperadas se han convertido en una auténtica aventura.

Nuevamente la frase de que la realidad supera la ficción…

A mí me gusta más decir que no es que la realidad supere a la ficción, si no que toda la ficción posible está dentro de la realidad. Es decir, que en el caso de los escritores o de los novelistas tampoco es que debamos aspirar a inventarnos mundos nuevos, ya que si observamos bien este mundo te puedes dar cuenta de que pueden suceder cosas realmente extraordinarias.

¿Cómo ha surgido esta mezcla de "géneros"?

Yo creo que así también es la vida. Es decir, que una novela en el fondo lo que busca es que el lector se meta en la piel del protagonista y cualquiera de nosotros puede darse cuenta de que su vida tiene momentos muy distintos, es decir, que no somos lineales en nuestra personalidad, ni siquiera en los hechos que nos rodean, sino que estamos sujetos a cambios, a veces a situaciones irónicas, a jugadas que nos hace la propia existencia.

¿Y esa mezcla de tiempos históricos?

En buena medida para mí también era un reto jugar con una historia que no fuera horizontal en el tiempo, si no que intercalar acontecimientos que sucedieron antes y después, y por tanto en El arca de la isla hay tres etapas concretas sobre las que se novela que son: el año 1995, la caída del muro de Berlín en el año 1989 y también la primera mitad del siglo XX y especialmente la década de los años 50 y 60.

¿Cuáles son tus referentes dentro del mundo de la novela de la ventura, que textos sueles leer que te hayan valido de inspiración?

Seguramente no me suceda que este libro se inspire directamente en otro, pero sí que es cierto, por ejemplo, que hay algunas partes de la novela que pueden evocar a los libros de los grandes viajeros, incluso a libros de viajes de autores que no viajaron.

Por ejemplo, hay un pasaje en la novela donde una serie de protagonistas recorren la zona más oscura del río Congo que tiene claras reminiscencias a El corazón de las tinieblas.

El escenario donde se desarrolla la acción en cada novela es importante, pero me da la sensación de que en tu novela mucho más y que es tan importante como los propios personajes…

Sí, porque en buena medida los seres humanos dependen de su entorno que va desde las raíces familiares, la zona en la que vives, el lugar de veraneo…  En este sentido los lugares que yo evoco ya de por sí tienen una fuerza dramática extraordinaria. Pienso en concreto en dos de ellos, que son la estepa siberiana, y por otro lado, los paisajes africanos, los grandes arrozales o los desiertos o las zonas de jungla".

¿A quién va dirigido este libro?

A mí me gusta pensar siempre en el lector universal, es decir, yo creo que salvo en el género infantil, que claramente busca un público, vamos a decir "diminuto", a mi me gustan aquellas novelas que no se pueden clasificar en cuanto a edades y en cuanto a sexo.

Escribiendo la novela tengo que reconocer que en algunos pasajes me he sentido como un niño, en otros he revivido mi juventud, en otros me he metido en la piel de adultos en los que no me gustaría convertirme y otros en los que sí. Yo creo que es un libro abierto a todas las edades.

Has añadido al libro ilustraciones propias…

A mí lo que me gusta es experimentar con la materia, y la materia como es modelable pues tiene su expresión plástica que va desde la palabra hasta la línea de un lápiz o al barro o a la madera, etc.

En El arca de la isla juegan un papel importante los animales salvajes y he querido hacer un guiño o hacer un homenaje hacia la fauna que forma parte del mundo de este libro abriendo cada capítulo con un apunte rápido referido a cada una de estas especies.

¿Qué te gustaría hacer ahora?

Noto cada vez que termino una novela que se siente como vacío porque lo he entregado todo a un proyecto y parece que no te queda nada más por escribir. Sin embargo, basta que pase un poquito de tiempo para que observando la vida puedas darte cuenta de que está todo por contar aunque vivamos en un siglo donde parezca que no hay nada por descubrir.

La vida tiene una riqueza tan grande que yo estoy convencido que dentro de muy poquito tiempo empezará a palpitarme si no una historia, el deseo de querer transmitir mi visión de algún aspecto de la vida humana.