Miguel Hernández, el tertuliano

  • San Lorenzo de El Escorial (Madrid).- Si Miguel Hernández viviera hoy, sería un gran tertuliano. Así lo creen dos personas tan distintas como el político y escritor Miguel Ángel Rodríguez y el periodista Antonio San José, quienes coincidieron al destacar la faceta de "polemista" del genial poeta.

Trasladan el legado de Miguel Hernandez a la Biblioteca Nacional para exposición en Madrid
Trasladan el legado de Miguel Hernandez a la Biblioteca Nacional para exposición en Madrid

San Lorenzo de El Escorial (Madrid).- Si Miguel Hernández viviera hoy, sería un gran tertuliano. Así lo creen dos personas tan distintas como el político y escritor Miguel Ángel Rodríguez y el periodista Antonio San José, quienes coincidieron al destacar la faceta de "polemista" del genial poeta.

Ambos participaron hoy en el curso de verano organizado por la Universidad Complutense en El Escorial para celebrar el centenario del nacimiento de Miguel Hernández y estudiar su poco conocida labor periodística.

"Si hubiera vivido hoy, Miguel Hernández habría sido un combativo tertuliano", aseguró Antonio San José, director del programa "Cara a cara" de CNN+, quien se mostró convencido de que Hernández hubiera paseado sus ideas "por las teles y las radios", al estilo de los actuales tertulianos.

San José destacó la condición de Miguel Hernández de "periodista vocacional", aunque precisó que si éste no triunfó en su faceta periodística fue por su escasa objetividad al escribir y la "exaltación" de su prosa, "a veces ridícula de puro inflamada" políticamente, lo que le llevó a escribir "auténticos panfletos".

En el mismo sentido se pronunció Miguel Ángel Rodríguez, ex secretario de Estado de Comunicación con el Gobierno de José María Aznar, para quien Miguel Hernández fue un "aguerrido propagandista" en favor de sus ideas republicanas.

"El poeta hoy hubiera gozado de buenos contactos como tertuliano", aseguró Rodríguez, quien consideró a Miguel Hernández un adelantado de su tiempo por su condición de "polemista", con la que da pie -dijo- a un género periodístico "totalmente nuevo".

También coincidieron ambos ponentes al destacar que esa faceta periodística fue la tumba del poeta, la que le abrió el camino a la pena de muerte por sus "incendiarios" artículos en contra del alzamiento de las tropas franquistas.

"Se le juzgó como periodista, no como republicano", aseguró Miguel Ángel Rodríguez, quien advirtió de que sus colaboraciones iniciales en medios católicos, de las que más tarde se arrepentiría, no lograron evitarle la muerte, que le llegó en marzo de 1942, con sólo 31 años de edad, tras pasar por dieciséis cárceles.

De su "noble personalidad" da fe, según Rodríguez, la "Elegía" que escribió tras la muerte de su amigo Ramón Sijé, a pesar del distanciamiento entre ambos por el alejamiento de la fe católica de Miguel Hernández a raíz de su amistad con Pablo Neruda.

"Ese poema supone una impresionante muestra de hombría", según Rodríguez, ya que no se limitó a llorar "en silencio" la muerte del "ultraconservador" Sijé -al frecuentar Hernández en Madrid unas amistades totalmente contrarias en el plano ideológico- sino que le dedicó en público "uno de sus mejores poemas".

En su opinión, el periodista Miguel Hernández "no puede abandonar su condición de poeta e, independientemente de su activismo político, escribe cosas con las que todos deberían estar de acuerdo".

Para Miguel Ángel Rodríguez, el poeta y periodista fue "una persona totalmente comprometida con sus principios, profundamente católicos inicialmente y marcadamente comunistas después", y la Guerra Civil "lo transforma, lo convierte en un propagandista, no en un periodista".

A su juicio, la poesía de Hernández se caracterizó siempre "por la búsqueda de la verdad por medio de la palabra".

Para Antonio San José, Miguel Hernández fue un gran poeta "pero no un gran periodista", porque su función consistía en "elevar la moral de los combatientes" con sus escritos, "no en contar lo que pasaba".

"Su periodismo es sesgado, duro y parcial, pero él no pretende ser objetivo", según el periodista de CNN+, quien recordó cómo Hernández criticaba "entre líneas" a personajes como Alberti, a los que veía como intelectuales "escasamente comprometidos con la causa, que escribían desde una atalaya".

En su opinión, Miguel Hernández escribía "prosa bélica y épica, de resistencia antifranquista", al tener el convencimiento, hasta el final, de que el alzamiento franquista se puede detener "desde las ideas".

"Como los grandes poetas, pudieron quitarle la vida, pero no la palabra", sentenció Miguel Ángel Rodríguez tras leer uno de sus poemas preferidos, "La palabra", de León Felipe.

Concha Carrón.

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