Ni una sola oreja en el festejo de rejones de Vitoria

  • Álvaro Suso.

Álvaro Suso.

Vitoria, 7 ago.- Ni una sola oreja se paseó en el festejo de rejones celebrado hoy en Vitoria, muy escaso balance debido, fundamentalmente, a la falta de toros de Hermoso de Mendoza, las desigualdades de Roberto Armendáriz y la poca resolución de Noelia Mota.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Murube, el sexto como sobrero, desiguales de presentación y deslucidos salvo segundo y tercero.

Pablo Hermoso de Mendoza: pinchazo y rejón contrario (silencio); y pinchazo que descuerda al toro (silencio).

Roberto Armendariz: pinchazo y rejón muy contrario (vuelta); y rejón trasero y cuatro descabellos (silencio).

Noelia Mota: dos rejones contrarios (vuelta por su cuenta); y medio rejón, metisaca y rejón (ovación)

La plaza tuvo media entrada.

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REJONES DESCAFEINADOS

No tuvo suerte Hermoso de Mendoza en una de sus plazas más conocidas, aquella que visitaba en sus inicios, cuando nadie esperaba que un navarro revolucionase el mundo del rejoneo.

En Vitoria sigue teniendo tirón, y la gente dobló las entradas de los días anteriores, por lo que se llegó a ocupar la mitad de los tendidos. Pero se quedaron sin ver a su ídolo, que por primera vez en muchos años en esta ciudad cosechó dos silencios.

Y es que le tocaron en suerte dos toros deslucidos, muy parados, sobre todo el cuarto, un marmolillo plantado en los medios sin ninguna intención de seguir al caballo.

Solamente destacó con Viriato, en un alarde de toreo de cercanías, con el hocico entre los pitones en el primero y en un buen par de cortas a dos manos sobre Pirata en su segundo.

El mejor lote se lo llevó Roberto Armendariz, que se midió a dos toros con transmisión, no con excesiva calidad, pero sí con lo suficiente para permitir al de Noain brillar a lomos de Delirio, un caballo que realizó vistosos giros delante de los cuernos.

Estuvo entonado por momentos, con buenas cabalgadas templadas sobre Grano de Oro, pero alternó sus aciertos con bruscas cogidas, que como en el caso de Cristal llegaron a toparle en tres ocasiones antes de entrar a matar a su primero.

Apuntó buenas maneras, pero se le veo cargado de ansiedad, sin la torería suficiente para gustarse y transmitir las cosas buenas que realiza en el ruedo.

Lo de Noelia Mota es otro cantar. Realizó otro tipo de rejoneo, siempre lejos de los astados. Su virtud fue adornarse con alardes de amazona a muchos metros de los toros. Nada que ver con el rejoneo que hoy llena las plazas.

Su labor fue una repetición de entradas en falso y de palos caídos por la arena. Mostró muy poco dominio del rejoneo, de poder a los toros y siempre debió ser asistida por su cuadrilla para cualquier circunstancia. A pesar de ello, dio una vuelta al ruedo por su cuenta en el tercero. EFE

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