Madrid.- La situación está "fatal" pero no es tiempo de lamerse las heridas, por eso la coreógrafa y bailarina Teresa Nieto ha querido celebrar los 20 años de su compañía con "Tacita a tacita", el sumario de una labor "feliz" pero que le ha costado "cinco veces más energía" que si la hubiera hecho en Francia.
Desde el primer estreno de su compañía, "Danza breve", a "Tacita a tacita", que llega a los Teatros del Canal de Madrid el día 10, Nieto se ha empeñado en mantener una formación "de tamaño medio" y eso, explica en una entrevista con Efe, es "muy complicado" en España y más en tiempo de crisis.
"Las compañías ricas siguen siéndolo y las pobres tienen su propia red alternativa, pero las de mediano formato necesitamos teatros, no pequeñas salas. Hace falta como el comer un teatro de danza, todo el año y para todos los estilos, en el que se pueda 'hacer público'", subraya.
En España, argumenta, aún hay mucho miedo a asistir a un espectáculo "de estos", que siguen siendo considerados "para 'iniciados'".
En estos 20 años, admite, han sido "muchas las luces" y pocas las sombras, aunque éstas hayan estado muy presentes en el día a día. "Son la manera que tienes que tirar de todo y ser de todo, la sensación de que no llegas, de que algo se te escapa, sin tiempo para ti mismo, pero, una vez que estrenas, todo eso se olvida", reconoce.
La coreógrafa (Tánger, 1953), Premio Nacional de Danza y Premio Max por sus coreografías "Ni palante ni patrás" y "De cabeza", asegura que llevar adelante una compañía es "una soledad de mucho peso, con demasiados frentes abiertos y la sensación siempre de que algo se escapa", pero que no le queda otra alternativa.
"Tengo que reconocer que soy muy afortunada no sólo por todo lo que he hecho sino por haber logrado mantenerme", recalca.
"Tacita a tacita" es "una celebración" que festeja los 20 años de trayectoria de Teresa Nieto en la compañía, con las escenas más significativas de su repertorio, las que tienen una mayor carga emotiva para ella o, simplemente, las que deseaba rescatar "por un motivo personal e intransferible", desde la pura intuición y desde el corazón.
El espectáculo es "una aventura" porque tiene a 16 personas en el escenario, casi todos veteranos de la compañía, e invitados tan especiales como su hija Cristina, que trabaja en Amberes, o Mónica Runde, que nunca había bailado con ella.
"Es muy emocionante porque cuando se lo propuse todos ellos, tan talentosos y generosos, me dijeron que sí pero lo cierto es que ha sido muy complicado de organizar para cuadrar todas las agendas", explica.
Nieto cree que los bailarines españoles son "extraordinarios" y que lo demuestran en todo el mundo aunque quizá "flaquee algo" lo que se refiere a la formación.
La coreógrafa está "esperanzada" con el efecto que tendrá la aplicación del Código de Buenas Prácticas del Ministerio de Cultura en las direcciones de las grandes compañías públicas pero, asegura, ella no se ha presentado como candidata a dirigir la Compañía Nacional de Danza (CND) porque, afirma tajante, no quiere "ese lío" en su vida.
Concha Barrigós
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios