Olmos se despide del Teatro de la Zarzuela con un emocionado "Puñao de rosas"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 4 oct.- Luis Olmos ha elegido para despedirse del Teatro de la Zarzuela, que ha dirigido desde 2004, dos piezas con libreto de Carlos Arniches, una de ellas "El puñao de rosas", el mismo que él "arroja" emocionado al público que ha llenado cada temporada ese coliseo pero con la vista puesta ya en otro horizonte.

En declaraciones a Efe, Olmos, que dejará su puesto, en cumplimiento del Código de Buenas Prácticas, el 10 de octubre, se ha confesado "emocionado" por abandonar el teatro, en el que le sustituirá Paolo Pinamonti, pero también contento porque es "saludable" cambiar la posición.

"No se cuál ha sido mi mayor acierto en este tiempo pero quizá sea haber estado en todas partes. Me siento un privilegiado por haber hecho, además, cinco o seis producciones para el teatro, aunque haya habido alguna propuesta, como una conceptual 'Doña Francisquita', que a lo mejor no se comprendió quería que el género se universalizase".

En este tiempo ha intentado "dignificar" el género con cantantes "muy buenos" que la defendieran y también con "gente nueva" en la dirección escénica y frente a la orquesta que, por cierto, precisa, se han quedado "enganchados" a esta música.

La zarzuela, afirma, "está viva y le queda mucha vida" pero, apunta, "hay que seguir proponiendo y pensando en componer nuevas cosas".

Sin embargo, admite, es "un tema delicado y complicado" y más en estos momentos "en los que el dinero no abunda".

Su mayor problema no ha sido el público, "de una fidelidad increíble", que ha llenado cada función tanto de zarzuela como del ciclo de lied, sino los recursos humanos: en siete años la plantilla ha descendido en cerca de 15 personas y son sólo 12 los trabajadores que han de sacar adelante las producciones.

"La falta de personal es acuciante en algunos departamentos como el de la producción o el de gerencia. Los puestos no se cubren, como está pasando en general en la Administración, y eso muy complicado de gestionar", subraya.

No quiere elegir, "para no ofender a nadie", ninguno de los espectáculos que ha programado el teatro en este tiempo pero sí destaca el concierto con el que se celebró el 150 aniversario de la Zarzuela: "pasó por aquí lo mejor de lo mejor y fue extraordinario".

"Lo que hay que hacer con la zarzuela es seguirle el pulso, y hacer, como ya ha indicado Pinamonti, colaboraciones con ciudades europeas. Este género es un éxito fuera porque musicalmente es muy interesante", explica Olmos.

Le encantaría que los títulos que ha elegido para su despedida, encadenados en un programa doble y que estarán en cartel desde el 6 de octubre al 6 de noviembre, despertaran tanto entusiasmo como el que a él le provoca Arniches, uno de los mejores libretistas españoles.

"Son diametralmente opuestas y ver algo tan dispar sorprende mucho. Del disparate que es 'El Trust' nadie se acuerda y, por lo que yo se, 'El puñao' hace más de 30 años que no se representa en la Zarzuela".

La primera, con música de José Serrano, es "divertida, cercana y muy arrevistada, con una anécdota argumental graciosa" mientras que "El puñao", con partitura de Ruperto Chapí, es "melodramática, muy jonda, de principios del siglo XX en la profunda andalucía, preciosa y muy redonda argumentalmente".

Mientras Olmos recoge sus cosas y no para de romper papeles invadido en ocasiones por la nostalgia, prepara, ya como "freelance", un par de proyectos dramáticos. "Ahora lo que de verdad, de verdad, me apetece es hacer teatro de texto", añade sin querer desvelar más datos.

Mostrar comentarios