Otoño de reencuentros, firmes reivindicaciones y sabor amargo en Las Ventas

  • Javier López.

Javier López.

Madrid, 7 oct.- La Feria de Otoño en Las Ventas ha dejado para el recuerdo cosas tan notables como el dulce reencuentro de El Cid con Madrid, las firmes reivindicaciones de Antonio Ferrera y la ganadería de Victoriano del Río, y, en lo negativo, el sabor amargo de Iván Fandiño, que pasó de gran protagonista a actor secundario.

Lo más bonito, emocionante y hasta justo de todo el ciclo fue la gran actuación del Cid en la primera corrida del ciclo.

El de Salteras, que en un pasado llegó a ser torero predilecto de Madrid, reverdeció laureles con una faena sublime a un gran toro de Victoriano del Río con el que volvió a emocionar a la exigente afición madrileña y que, si no llega a ser por la espada, le hubiera posibilitado alcanzar una gloria que no lograba desde 2006, cuando abrió su segunda y última Puerta Grande de Las Ventas en su carrera.

Alta nota también ese día para la corrida de Victoriano del Río, mención especial al toro que cuajó El Cid, de nombre "Verbenero", un dechado de bravura y clase, el mejor astado lidiado de toda la temporada en Madrid y que mereció de sobra los honores de la vuelta al ruedo en el arrastre, que, finalmente, no se le fue concedida.

El otro gran protagonista de este Otoño en Madrid fue Antonio Ferrera, que puso la guinda a la mejor temporada de su carrera de la mejor forma posible: dando una lección magistral de conocimientos, temple, sentimiento y suficiencia para arrancar una oreja de ley a un "adolfo" por el que nadie apostaba y que él mismo afianzó y acabó exprimiendo con suma torería.

Un Ferrera que gustó también, y mucho, manejando el capote con una suavidad y un aroma fuera de lo común, demostrando así que sabe torear, y muy bien, que no es torero de banderillas y estridencias, como muchos le tenían catalogado, sino que ha experimentado una metamorfosis que le ha convertido en artista para paladares exquisitos.

Por su parte, Iván Fandiño, que acudía a este Otoño con la gesta bajo el brazo de anunciarse dos tardes en un ciclo en el que nadie hacía doblete desde Antoñete en 1985, fue el gran damnificado, no sólo por no resolver en triunfo ninguno de sus dos compromisos, sino porque en cada uno de ellos surgió de improviso un artista invitado que le acabó eclipsando.

Y eso que en lo estadístico paseó una de las dos orejas que se cortaron en el ciclo, aunque fue más bien una "orejita" (diminutivo que se usa en la jerga para restar valor al trofeo cuando los méritos no han sido suficientes) a un toro de Victoriano del Río en una faena que nadie recuerda ya, pues el zambombazo del Cid aquella tarde lo inundó todo.

Y algo parecido, o peor, le ocurrió en la corrida de Adolfo Martín que cerró ciclo. Fandiño se estrelló de bruces contra una mansada infumable de este hierro "torista", en una tarde en la que, nuevamente, la gran actuación de otro compañero, en este caso Antonio Ferrera, acabó por relegarle a un segundo plano.

El resto de la Feria de Otoño puede resumirse de una forma muy sucinta:

La corrida del sábado, del Puerto de San Lorenzo, apenas aportó nada. Toros con cierta movilidad pero sin emplearse lo suficiente, con los que tanto Alberto Aguilar y Jiménez Fortes quedaron prácticamente inéditos, al igual que el mexicano Joselito Adame, aunque éste fue por el contratiempo de una inoportuna lesión después de haber estado firme y valiente con un toro áspero y peligroso.

El colombiano Sebastián Ritter protagonizó una digna tarde de alternativa aunque sin poder resolver con el lote más desagradecido de la buena corrida de Victoriano del Río, mientras que Javier Castaño fue una auténtica sombra desdibujada y sumamente desconfiada con los "adolfos" de fin de ciclo.

En la novillada picada que abrió el jueves la feria solamente cabe destacar las buenas formas plasmadas por el palentino Diego Fernández, pues ni el encierro del Ventorrillo fue bueno, ni Javier Jiménez ni Juan Ortega pudieron lograr nada del otro mundo.

Así transcurrió el Otoño en Madrid, que prácticamente echa el telón a la temporada en Las Ventas -a falta de la corrida del día 12-, un ciclo en el que la gente ha respondido al final en la taquilla, con un lleno total y otras tres entradas rozando el aforo completo. Un éxito en lo artístico y en lo económico.

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