¿Qué hace un director filipino como Raya Martin en una película española?

Mateo Sancho Cardiel

Madrid, 6 ago.- Paladín de lo experimental, el cineasta filipino Raya Martin se trasladó a Madrid y Bilbao para rodar con Pilar López de Ayala "Buenas noches, España", estrechando un lazo entre el cine oriental y el español.

¿Cómo llega Raya Martin, tras recibir el aplauso unánime en Cannes con "Independencia" a rodar en España con cuatro duros? ¿Y cómo llega esa película a un festival de prestigio como Locarno sin pasar por ninguno de los comités del Instituto del Cine ni subvenciones?.

"Buenas noches, España" ha sido seleccionada oficialmente, aunque fuera de concurso, por el certamen suizo, que se celebra hasta el 13 de agosto y que es, junto con Rotterdam, el epicentro de la vanguardia cinematográfica.

Con este filme de la productora madrileña Pantalla Partida y la filipina Cinomatográrica se fortalece esa tendencia a la participación hispana en las películas más arriesgadas del cine asiático.

Una colaboración que tiene sus antecedentes en la presencia de Luis Miñarro en la producción de la ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes "Tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas", del cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul.

Y en el proyecto conjunto del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) con el representante del nuevo neorrealismo chino Jia Zhangke -premiado con el León de Oro de Venecia con "Naturaleza muerta"- en el cortometraje "Cry me a river".

"Ya es muy difícil hablar de cines nacionales. ¿Es esta película española? ¿O filipina? Lo que me gusta de esto es que ahora puedes trabajar como quieras y con quien quieras. Incluso sin pensar en el después, porque nosotros nunca tuvimos en mente que esto llegara a ser una película", asegura Gonzalo de Pedro, uno de los dos productores españoles de "Buenas noches, España".

Su experiencia con el jovencísimo Martin (Manila, 1984) es observada como un privilegio por él y el otro productor español, el cineasta vasco Víctor Iriarte, ayudante de dirección de Isaki Lacuesta en sus primeros documentales.

"Fue muy estimulante. Hemos tenido la sensación con esta película de que hay muchas sinergias asociadas al cine que te puedes saltar tranquilamente", explica a Efe De Pedro, quien describe el filme como una "historia de amor lisérgica", como muestran los pocos fotogramas de las película que se han podido ver.

Martin -tercer pie sobre el que se asienta el incómodo pero halagadísimo nuevo cine filipino, que completan Brillante Mendoza y Lav Díaz- no se ha marcado límites narrativos, a pesar del escueto presupuesto.

Viajes en el espacio y el tiempo y un estudio de la relación colonial entre España y Filipinas pasan por su nuevo filme, a pesar de que su guión no constó de más de una página.

Pero para la realización de este proyecto, las piezas tuvieron que ir encajando poco a poco. De Pedro, cronista y crítico de cine para medios como "Cahiers du cinema" y programador del festival Punto de visa de Pamplona, había coincidido en ese y otros certámenes con Raya Martin.

Además, el realizador estaba obsesionado con Pilar López de Ayala tras haber visto "En la ciudad de Sylvia", de José Luis Guerín, y admiraba al pintor filipino Juan Luna, algunos de cuyos cuadros se exhiben en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde trabajaba Víctor Iriarte.

Con el sí instantáneo de López de Ayala y con Andrés Gertrúdix como oponente sentimental -con el que había querido hacer un infructuoso proyecto en Cataluña previamente- sólo quedaba rodar en formatos obsoletos como el Hi-8 o el Super 8.

Pero Raya Martin no obra los milagros durante el rodaje, sino también después. "De lo que se rodó a los que finalmente ha quedado hay un gran salto. Raya Martin es un director que realiza después no solo una labor de montaje, sino una postproducción intelectual", concluye De Pedro.