Arganda del Rey (Madrid).- El guitarrista Raimundo Amador y la banda Los Gerundinos han ofrecido hoy en Rock in Río Madrid una actuación llena de improvisación, humor y mestizaje, algo característico en los directos del genial "bluesman" nacido al calor del arte del barrio sevillano de las 3.000 viviendas.
Al músico le acompañaron sobre el escenario sus amigos Los Gerundinos, una suerte de "supergrupo" formado por el bajista de O'Funk'illo Pepe Bao, el batería de Estopa -y hermano de Amador- Anye Bao y el guitarrista de Manolo García Ricardo Marín.
Para empezar, un clásico como "Pata de Palo" (es un pirata malo...) trasladó al animado público del Escenario Sunset hasta su infancia. En los espectáculos de Amador siempre hay espacio para la improvisación: abstractas composiciones caracterizadas por el rugido de una guitarra eléctrica que va por libre.
Tampoco tiene miedo a las versiones, por eso nada más empezar Lenny Kravitz y su "Mama said" convencieron al auditorio de la capacidad mimética de Amador y su banda, que llevan a su terreno la experimentación con el flamenco, el rock y el jazz como señas de identidad.
Amador, que esta semana participó en un concierto homenaje a Nelson Mandela junto a B. B. King, es el pasado, presente y futuro de la fusión. El flamenco lo es todo para él, pero también es el puente a nuevas creaciones que poco tienen que ver con el género.
"Ay que gustito pa mis orejas" terminó por encandilar a niños, jóvenes y adultos, que disfrutan de un clásico que jamás envejecerá.
"Fulanito y Menganito", "Decir que no" y "Blueslerías" terminaron por convencer al heterogéneo público del Sunset, que agradeció el virtuosismo y la disposición de Amador y sus acompañantes.
Javier Fernández Jódar
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