Raquel Meller, más allá de "La violetera", en la Biblioteca Nacional

  • Grabaciones antiguas, partituras, fotografías, artículos y caricaturas de la intérprete de "La violetera" componen "El mito trágico Raquel Meller", muestra que del 19 de junio al 30 de septiembre acoge la Biblioteca Nacional en el 50 aniversario de la muerte de la artista.

Madrid, 14 jun.- Grabaciones antiguas, partituras, fotografías, artículos y caricaturas de la intérprete de "La violetera" componen "El mito trágico Raquel Meller", muestra que del 19 de junio al 30 de septiembre acoge la Biblioteca Nacional en el 50 aniversario de la muerte de la artista.

No tenía estudios, pero sí mucha intuición y tras su voz clara se escondía un alma frágil. Raquel Meller (1888-1962) se convirtió en la intérprete española más notable y reconocida internacionalmente de la España del primer tercio del siglo XX.

Ahora, el Museo de la Biblioteca Nacional repasa su trayectoria, truncada por la dictadura.

Esta muestra, comisariada por José Luis Rubio, está presidida por un retrato que Joaquín Sorolla pintó de la cantante en 1918.

En paralelo a la exposición se han convocado varias conferencias en las que se estudiará la vida y el arte de Raquel Meller, su estilo interpretativo y su aportación a la canción y la música popular de España.

"Cautivadora y arisca, genial e insoportable, la quintaesencia del 'temperamento español'" es como describen a la artista los organizadores de la muestra, quienes recuerdan que, tras el fin de la Guerra Civil, "Raquel Meller tuvo que sobrevivir a su propia leyenda, en un mundo cambiado y ajeno, rodeada de amargura y soledad, con pocos amigos y menos apariciones públicas".

En "El mito trágico de Raquel Meller" se podrán ver discos gramófonos grabados entre 1912 y 1946, las primeras grabaciones de su canción "El relicario" y su clásico, "La violetera", que no se han vuelto a publicar desde entonces, y se proyectarán sus películas "Carmen" y "Violetas imperiales".

Tarjetas postales, ilustraciones, revistas y periódicos rescatados de los fondos de la Biblioteca Nacional completan una muestra que ilustra "un arte nuevo y único, humano, sensible, todo un sentimiento trágico de la vida", apuntan desde la Biblioteca Nacional.

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