"Rudolf": heridas abiertas, memoria y olvido en la Alemania de la posguerra

  • Cada persona elige cómo cerrar sus heridas, con qué ojos mirar al pasado, pero el problema llega cuando el bálsamo de unos se convierte en la quemazón de otros. Es la situación que se da en la obra teatral "Rudolf", escrita por Patricia Suárez y que dirige Cristina Rota.

Madrid, 7 mar.- Cada persona elige cómo cerrar sus heridas, con qué ojos mirar al pasado, pero el problema llega cuando el bálsamo de unos se convierte en la quemazón de otros. Es la situación que se da en la obra teatral "Rudolf", escrita por Patricia Suárez y que dirige Cristina Rota.

La amante de un criminal nazi y un hombre judío encarnan estos dos puntos de vista, que se encuentran, se enredan y se chocan una y otra vez en esta producción, que a partir del próximo miércoles 12 llega a la Sala Mirador de Madrid.

Sobre el escenario, solo dos actores, María Botto y Roberto Drago, pero numerosos "pequeños enigmas y malentendidos" que se van desvelando según se suceden los encuentros y los juegos de seducción entre ellos, como señala Botto en una entrevista con Efe.

"Mi personaje es la voz de los que no pueden no seguir luchando por la justicia; forma parte de su identidad y encontrarla es lo único que puede calmar su alma", afirma su compañero, quien remarca el contraste entre esta búsqueda y la actitud de la figura femenina, que solo espera "pasar página y poder seguir".

Posicionamientos aparentemente irreconciliables, pero que se dan en dos personas que "descubren que, en otras circunstancias, muy probablemente podrían haberse amado", en palabras de Botto.

Pero, ¿se puede amar al enemigo, sin traicionar los propios valores? Y de hecho, ¿quién es el enemigo?, se pregunta Drago: "Si alguien no se quiere enterar de lo que está pasando, ¿eres culpable de ser partícipe o no? ¿El no hacer nada te exime de culpa y responsabilidad?", se pregunta.

La acción se sitúa en la Alemania de después de la II Guerra Mundial, pero es un conflicto que podría darse en multitud de escenarios, como en Chile, en Argentina o en España, señalan ambos intérpretes.

"Actualmente también está ocurriendo, que se mire para otro lado, y que quien quiere revisar la historia y enterrar a sus muertos no puede, parece que hubiera un fantasma que impide remover los recuerdos", teoriza el actor.

Además, añade Botto, "más allá de la época, se habla de la catástrofe, de lo que pasa cuando hay una guerra o un desastre de estas dimensiones", lo que muchas veces lleva a una "desesperación por querer reconstruir", con la que la actriz se muestra crítica: "A veces nos olvidamos de que primero hay que curar, que se pueda vivir dignamente, y después volver a levantar".

"Nos encontramos con grupos de personas que lo único que dicen es que 'hay que dejar el pasado en el pasado', pero si uno no llora a sus muertos, es muy difícil seguir avanzando', opina la actriz.

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