Salamanca abre sus puertas a tres décadas de foto-periodismo de Marín

Salamanca.- Cuando se cumplen 124 años de su nacimiento, Salamanca abre desde hoy sus puertas a tres décadas de foto-periodismo de Luis Ramón Marín, con una selección de 150 imágenes que llegan a la Hospedería Fonseca gracias a la colaboración de la Universidad de Salamanca y la Fundación Telefónica.

La exposición "MARÍN. Fotografías 1908-1940" presenta un recorrido por la obra de este fotógrafo madrileño, contemporáneo de otros grandes maestros españoles de la fotografía de comienzos del siglo XX, como Alfonso, Ramón Claret, Gaspar o Contreras y Vilaseca, ha destacado en rueda de prensa uno de los comisarios de la muestra, Rafael Levenfeld.

Las 150 imágenes seleccionadas recorren los 36 años de producción de Marín y pertenecen a un archivo compuesto por cerca de 18.000 negativos, en su mayoría de cristal, que sobrevivió gracias a su familia.

El mismo equipo que desde la Fundación Telefónica restauró el Archivo Histórico Fotográfico de la empresa ha desarrollado este proyecto de recuperación de la obra de Marín.

El autor tuvo una estrecha relación desde 1924 a 1929 con la compañía de comunicaciones, ya que fue el fotógrafo que mayor número de imágenes aportó al proyecto de documentación sobre la implantación de la telefonía en España.

Levenfeld ha destacado que a través de estas imágenes el artista madrileño se revela "como un gran autor perteneciente a una generación de fotógrafos".

La muestra incluye piezas esenciales de los inicios del foto-periodismo en España, desde los primeros años del siglo XX y hasta su desaparición tras la Guerra Civil.

Luis Ramón Marín, que para sus trabajos en la prensa utilizaba su segundo apellido, es uno de los primeros fotógrafos que salieron a recorrer las calles para registrar la actualidad con su cámara.

Además, Marín es uno de los precursores de la fotografía aérea en España, un trabajo que empezó a desarrollar en 1913 apenas una década después del descubrimiento de la aviación.

Pero por encima de todo, según el comisario de la muestra, fue un reportero gráfico que llegó a publicar en los diarios más de mil fotos anuales.

Entre sus trabajos se encuentra el haber sido corresponsal periodístico de la Familia Real, a la que seguía incluso en sus periodos de vacaciones, de ahí que muchas de las fotografías tengan un carácter familiar inédito.

Registró los principales sucesos de la vida política y cultural española y retrató a sus principales protagonistas, sin olvidar a la vez todo tipo de escenas callejeras y rostros populares y anónimos.

Según los comisarios de la exposición, Levenfeld y Valentín Vallhonrat, su obra "dibuja el perfil de un fotógrafo que vivía lo que hacía, más allá de quien fuera su cliente".

Así, han destacado que la variedad de contenidos refleja la enorme vitalidad con la que llevó a cabo un sinfín de actividades.