Salisachs confiesa que sigue escribiendo a los 94 años porque tiene "muchas historias que contar"

  • Barcelona.- La escritora barcelonesa Mercedes Salisachs, que acaba de publicar la novela corta "El cuadro", ha confesado hoy que sigue escribiendo a los 94 años porque tiene "muchas historias que contar".

Salisachs confiesa que sigue escribiendo a los 94 años porque tiene "muchas historias que contar"
Salisachs confiesa que sigue escribiendo a los 94 años porque tiene "muchas historias que contar"

Barcelona.- La escritora barcelonesa Mercedes Salisachs, que acaba de publicar la novela corta "El cuadro", ha confesado hoy que sigue escribiendo a los 94 años porque tiene "muchas historias que contar".

En una entrevista concedida a Efe en su majestuosa casa del paseo de Gràcia, Salisachs, que conserva una excelente lucidez y agilidad mental, ha dicho: "sin la escritura habría enfermado, me habría encerrado en mi misma".

Confiesa que escribe todavía porque: "tengo muchas cosas por contar" y además muchas ideas también salen de las numerosas lecturas que hace, de la literatura y de la prensa diaria.

Afirma sentirse orgullosa de ser "la escritora más longeva del mundo en activo" y no oculta cierto punto de amargura cuando dice: "en cualquier otro país sería motivo de celebración, pero aquí no soy noticia".

Su propia vida es la principal fuente literaria: "Cuando se ha vivido toda una historia y se ha sufrido, una guerra civil, que no fue poco, la República, la memoria puede ser novelada".

Prueba de la actividad frenética que mantiene Salisachs es que antes de "El cuadro" ya estaba escribiendo una nueva novela, de la que ya tiene unas 300 páginas, pero que aparcó porque no le acababa de gustar el enfoque.

En medio, además, tuvo un accidente doméstico y se rompió tres costillas, pero su empeño no la postró en la cama más de lo necesario y acabó en poco tiempo "El cuadro" (Libros Libres).

De la nueva novela prefiere no revelar mucho, si bien, asegura, "trata sobre un tema que está ocurriendo mucho actualmente" y añade: "también tendrá un final un poco vago, para incitar a que los lectores piensen".

Para el próximo mes tiene previsto entregar a la Clínica Universitaria de Navarra un cuento de unas 40 páginas, que será el quinto volumen de una colección de ficción basada en casos reales de curaciones de personas que estaban prácticamente desahuciadas, una colección en la que han participado hasta ahora autores como Juan Manuel de Prada o Soledad Puértolas.

Con un arranque espectacular, "El cuadro" se sitúa en una tragedia natural, un huracán que arrasa una pequeña población costera y que tanto recuerda la tragedia del terremoto de Japón.

"Pensé que a la novela le convenía empezar por una tragedia, que, desgraciadamente, cada vez son más corrientes, y en medio de ese drama situé a la protagonista, Elena, una mujer que se queda sola en el mundo".

La novela no se sitúa deliberadamente en un lugar concreto y el lector sólo sabe que es un pueblo de la costa y que la protagonista, Elena, decide rehacer su vida en la ciudad, donde una amiga, Tristana, le proporciona trabajo en su boyante negocio, un trabajo que se intuye es la prostitución.

Tras quedarse embarazada, Elena decide volver a cambiar de vida para tener a su hijo, Manuel, y monta una pequeña tienda en un lugar apartado de la ciudad.

En la segunda parte del relato gana importancia un objeto, el cuadro al que se refiere el título, lo único que Elena salvó de su casa destruida por el huracán.

La obra destila el estilo habitual de Salisachs: un lenguaje directo y conciso, que "evita las repeticiones y las explicaciones largas" y por esa razón el resultado ha sido una novela corta, porque "si hubiese sido más larga, habría sido un tostón".

Sin embargo, para la autora de "La gangrena", el argumento es lo de menos, lo verdaderamente importante es el trasfondo de la historia, que sirve de vehículo para el mensaje que quiere ofrecer, nunca imponer.

"El cuadro" es la tercera 'nouvelle' de Salisachs en su trayectoria literaria, después de "La danza de los salmones" (1985) y "El proyecto" (1978).

A pesar de los elementos fantásticos que contiene "El cuadro", Salisachs remarca que "el libro se basa en hechos reales que ha camuflado tras personajes ficticios, pero que han ocurrido de verdad, como "el caso de una niña que, perdida en el bosque durante varios días, reapareció y aseguró que había sido cuidada por una señora muy amable que se llamaba María".

Mostrar comentarios