Sayles dice que "hacer películas no es un derecho", sino "una gran oportunidad"

  • San Sebastián.- El director estadounidense John Sayles es consciente de cada vez es más difícil hacer cine, especialmente si se trata de proyectos independientes, pero se siente un privilegiado porque considera que "hacer películas no es un derecho, es una gran oportunidad".

Sayles decepciona y la española "Aita" divide opiniones en San Sebastián
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San Sebastián.- El director estadounidense John Sayles es consciente de cada vez es más difícil hacer cine, especialmente si se trata de proyectos independientes, pero se siente un privilegiado porque considera que "hacer películas no es un derecho, es una gran oportunidad".

Sayles, que ha presentado hoy en la sección oficial del Festival de San Sebastián la película "Amigo", está encantado en la ciudad donostiarra, que conoce bien, y ni el cielo gris ni la niebla reinante le hacen perder una enorme sonrisa.

Ni tampoco el panorama actual del cine.

En estos momentos, explica en una entrevista con Efe el responsable de "Lone star" o "Passion fish", hay que "pensarse muy seriamente" la conveniencia de abordar un proyecto cinematográfico.

No sólo conseguir financiación. "Cada vez es más duro para los cineastas independientes conseguir que se exhiban sus películas porque ya sólo quedan unos pocos distribuidores que no se centran en películas de género, de horror, comedias o cosas así".

A eso se añade, señaló Sayles, que internet "está llevándose más dinero porque la gente se descarga las cosas ilegalmente y ni siquiera están dispuestos a pagar un dólar cuando es posible hacerlo de forma legal".

Una visión que Sayles considera "realista" más que pesimista, aunque reconoce que cada vez es más difícil hacer una película fuera del sistema. "Lo que no quiere decir que se fácil hacerla dentro del sistema", precisa.

"Pero -agrega entre risas- empezamos sabiendo que era imposible, nuestra primera película era imposible, la segunda era imposible, no es nada nuevo para nosotros".

Directores que, como él, se han decantado por el cine independiente y nunca han tenido fácil conseguir dinero.

Por ello, afirma rotundo: "No es un derecho hacer películas, es una gran oportunidad cuando lo consigues".

Una situación que nunca ha sido fácil para él pero que se ha agravado con la crisis actual.

En países como España o Grecia, resalta, hay menos dinero del Estado para financiar películas, los festivales son cada vez más pequeños porque hay menos dinero y se reduce el número de proyecciones.

De ahí que prime el aspecto comercial sobre al artístico y que sólo en algunos casos ambas facetas se den la mano.

Como ejemplos de cineastas que cuentan con una visión muy personal y, al mismo tiempo, con un gran cantidad de público que ve sus películas, cita a Tim Burton y a Pedro Almodóvar.

"Nosotros no tenemos un Almodóvar norteamericano, un tipo de director con mucho éxito, muy conocido, con películas muy abiertas y personales, pero comerciales. No tenemos ese equivalente", señala Sayles, que reconoce que al comienzo de su carrera miraba más al cine europeo que ahora.

En los años sesenta, cuando empezó, le interesaban un tipo de películas "muy, muy influenciadas por el cine europeo", que hacía un cine casi artesanal, con muchos más movimientos de cámara y temáticas más maduras que las norteamericanas en aquel momento, que trataban de formas normal temas de sexualidad o política.

Pero desde entonces ha ocurrido algo interesante en muchos países, como Francia o Reino Unido especialmente, donde hay una generación joven que quieren hacer películas norteamericanas.

"Y han hecho algunas buenas", resalta.

Aunque considera que en el fondo lo que importa son las historias. En su caso, siempre se mete en un nuevo proyecto porque quiere saber algo más de algún tema y, sobre todo, "reflexionar sobre el comportamiento humano en cada historia".

Y es lo que seguirá haciendo en los innumerables proyectos que le rondan por la mente.

Primero, acabar una novela, "A moment in the sun", que saldrá el próximo año y que trata, al igual que la película presentada en San Sebastián, de la guerra entre Estados Unidos y Filipinas.

Seguirá trabajando como guionista para conseguir dinero con el que financiar sus propias películas.

Mientras, busca cómo rodar una película de la que ya ha escrito el guión, sobre Julius y Ethel Rosenberg, los estadounidenses acusados de espionaje y ejecutados en la silla eléctrica a principios de los años cincuenta.

Y con "muchas otras ideas. Pero es muy difícil conseguir dinero ahora para hacer películas", insiste el cineasta, sin un atisbo de lamentación.

Alicia García de Francisco

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