Tejela cuaja un gran toro y sale a hombros con tres orejas en Mont de Marsan

Mont de Marsan (Francia), 17 jul.- Matías Tejela abrió hoy la puerta grande de Mont de Marsan (Francia), después de cortar tres orejas y cuajar una buena faena al tercer toro de la tarde, hasta ahora el más completo de lo que va feria y al que se le dio la vuelta al ruedo.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Margé, bravos en su conjunto, con dos astados más pequeños -primero y segundo- y cuatro bien presentados. Valió sobre todo el tercero, el más completo de lo que va de feria, mientras los otros, nobles en conjunto, carecieron de duración, salvo el último que evidencio una punta de genio y tuvo más transmisión.

José Pedro Prados "El Fundi": palmas y palmas.

Sebastián Castella: oreja protestada y silencio.

Matías Tejela: dos orejas y oreja con salida a hombros.

El aire molestó a los toreros y llovió durante la faena al tercero. Lleno aparente en los tendidos.

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Robert Margé acostumbra no nombrar a sus toros, así que el número 120 del guarismo 6 no pasará a la historia de la plaza del Plumaçon tal cómo se lo merecían su bravura y nobleza. Muy humillado siempre, con transmisión y ritmo, encadenando las embestidas por abajo, fue una prueba de fuego para Matías Tejela : no cuajarlo tenía peligro.

Pero, muy decidido toda la tarde, el madrileño no dejó pasar la oportunidad de triunfar y cuajó perfectamente a su oponente por ambos pitones, especialmente por el izquierdo, en una faena larga, completa y honda que despertó el entusiasmo del público.

Después de una estocada entera algo tendida, corto las dos merecidas orejas y remató su tarde al corta la del último, un toro más complicado por su punta de genio, al que supo aguantar y meter en la muleta para extraerle al final una serie de naturales más templados.

Al primero de "El Fundi" le faltó un tranco al final de los muletazos y el cuarto, bravo en dos varas y noble a pesar del porrazo recibido contra el burladero, no le duró más que para dejar un par de series templadas.

Sebastián Castella le concedieron una oreja protestada del segundo después de una faena desangelada concluida con un bajonazo de efecto inmediato, frente a un toro noble pero soso. El quinto tampoco le permitió triunfar: noble también, careció de fondo.