Tres mil personas soportan la lluvia para ver al incombustible tigre de Gales

  • Tres mil personas, según las cifras ofrecidas por la organización, soportaron en la capital gallega esta noche una incesante lluvia para ver al cantante conocido como el tigre de Gales, un incombustible Tom Jones que desafió a la tormenta y ofreció un apoteósico recital en la Plaza de la Quintana.

Santiago, 27 ago.- Tres mil personas, según las cifras ofrecidas por la organización, soportaron en la capital gallega esta noche una incesante lluvia para ver al cantante conocido como el tigre de Gales, un incombustible Tom Jones que desafió a la tormenta y ofreció un apoteósico recital en la Plaza de la Quintana.

Hijo del minero Thomas Woodward, a sus 72 años y con su aguardentosa voz, encaró con entusiasmo un concierto que comenzó a las 22.40 horas y terminó a las 00.20, entre aplausos, gritos de "Oh yeah", flores a modo de obsequio, y piropos como "guapo" o "genio".

El bardo galés abrió la partida con "Hit or Miss", originalmente de Odetta, y adaptada por él como un gospel altamente instrumentado, seguido de "Mama told me not to come", "I'll never fall in love again" o "Hard to handle" y continuos guiños al público, en español e inglés, "gracias, gracias, Santiago, very good".

El entregado aforo, un mosaico de personas con chubasqueros de todos los colores, interactuó con el artista, que, ataviado con jersey, corbata y gabardina, ofrecía una pequeña explicación antes de dar paso a cada pieza de sus últimos trabajos, el íntimo a la vez que contundente "Praise&Wind" y el memorable "Spirit in the room".

Los momentos más jubilosos se vivieron media hora antes de la medianoche, cuando el intérprete regaló a sus incondicionales una cascada de éxitos, en la que no faltaron "Delilah", "Sex bomb", y el mítico "It's not unusual".

Con "You can leave your hat on" -el tema en el que se quitó la chaqueta-, un Tom Jones misterioso y cargado de electricidad, terminó de conquistar a sus seguidores, labor que culminó con su "momento flamenco" -fueron unos pasos- por estar en España.

Triunfó también con "Tower of Song", con la que el canadiense Leonard Cohen cerraba su disco "I'm your man", y alcanzó la cima con la multiversionada "Soul of a man", el clásico que Blind Willie Johnson grabó hace más de ocho décadas.

Tom Jones, por medio de versiones ajenas, sacó todo el jugo que pudo a sus portentosas cuerdas vocales. Lo demostró en los bises, con "Kiss", con el que cerró.

Country, pop con dosis de dramatismo, blues y rock sureño encajaron en este versátil concierto en una ciudad, Santiago, que por ahora es la única cita en España dentro de la gira de su último disco.

"Spirit in the room", grabado en los estudios Real World, está compuesto por diez canciones en su edición estándar, con tres más -"Just Dropped In", "Lone Pilgrim" y "When the deal goes down"- en la deluxe.

Cuenta con la colaboración de músicos de la talla de Richard Causon (teclados, piano y guitarras), Stella Mozgawa (batería), e Ian Jennings y Sam Dixon (bajos).

A Compostela regresó después de haber cancelado la actuación contratada por el Ayuntamiento para las Fiestas del Apóstol, el pasado julio, a consecuencia de una bronquitis aguda.

"Good night and good pleasure", fue la frase elegida por este hombre alocado y travieso para su despedida, en la que deseó a los asistentes que lo pasasen "bien", tras presentar a su equipo, con constantes reverencias y gestos de agradecimiento.

En la salida, enormes colas, al igual que en la entrada, con una larga fila que se extendía desde la puerta de entrada a la plaza de la Quintana hasta las escaleras del Obradoiro.

El equipo de Tom Jones no aceptó que se grabasen imágenes de televisión y tampoco permitió que se acreditasen todos los fotógrafos -sí algunos de prensa escrita y medios especializados-, tal y como informó a EFE la productora, a petición de su equipo.

Las entradas se vendieron al precio de 35 euros en silla numerada y 25 de pie o en la grada.

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