Un díptico inédito de Pérez Villaamil, en el Prado tras su restauración

  • Después de haber sido convertido en un biombo por los herederos de lord Clerendon y de su estancia en una sala de subastas, el díptico "Vistas monumentales de ciudades españolas", obra inédita de Genaro Pérez Villaamil, se exhibe tras su restauración en el Museo del Prado.

Madrid, 17 dic.- Después de haber sido convertido en un biombo por los herederos de lord Clerendon y de su estancia en una sala de subastas, el díptico "Vistas monumentales de ciudades españolas", obra inédita de Genaro Pérez Villaamil, se exhibe tras su restauración en el Museo del Prado.

Se trata de una obra única en su género del más destacado e influyente paisajista del Romanticismo español que fue adquirida por el Prado en 2011 y que, tras su limpieza y restauración, cuelga por primera vez en las paredes del museo.

Realizado entre 1835 y 1839 para el embajador inglés en España George Villiers, luego lord Clarendon, el díptico está formado por 42 vistas monumentales de ciudades españoles, principalmente Sevilla y Toledo, pintadas sobre soportes de hojalata de 13 por 18 centímetros.

Con la inauguración de esta exposición "celebramos la adquisición de esta obra tan especial, que completa la obra del pintor en el Prado, así como el laborioso trabajo de restauración realizado", comentó Miguel Zugaza, director de la pinacoteca.

Comisariada por Javier Barón, jefe del Área de Conservación de Pintura del Siglo XIX, la exposición que se exhibe en la sala 60 del edificio de Villanueva muestra además del díptico de Pérez Villaamil (El Ferrol, 1807 - Madrid, 1854), otras pinturas, acuarelas y dibujos del propio artista.

Se muestran también los volúmenes con litografías de "La España artística y monumental", un proyecto editorial que él mismo dirigió; y dos pinturas de su maestro, David Roberts.

Además de la limpieza y restauración integral de las pinturas, con el apoyo de la Fundación Iberdrola, se ha intervenido en los marcos del díptico, rematado en ojivas, "según un gusto muy británico relacionado con el revival gótico", según Barón.

Las vistas son testimonios excepcionales del trabajo de Pérez Villaamil del natural en la técnica del óleo, que habitualmente utilizaba solo en su estudio. Muestran la habilidad del artista en la representación de exteriores e interiores arquitectónicos, algunos de los cuales, ya en ruinas, desaparecerían después.

Barón calificó la obra de "muy singular" tanto para la pintura española como para la europea. "El díptico ofrece una visión inmediata de cómo eran las ciudades españolas hace 175 años y refleja el interés del artista por las ricas ornamentaciones mudéjares y góticas", estilos que predominan en las vistas "que forman como una especie de guía turística".

La obra es, en opinión de Lucía Martínez, restauradora del Prado que ha llevado a cabo la intervención, una obra muy especial tanto por su técnica como por su estado de conservación.

"Es un regalo trabajar en unas pinturas que no han sufrido ninguna intervención", aunque las condiciones en las que se ha conservado no han sido las más adecuadas, por lo que se encontraba muy sucia.

Las planchas de hojalata "conservan en su parte trasera las huellas del pintor" y forman "un compendio de todos los recursos pictóricos de Pérez Villaamil".

El artista utilizó una preparación para permitir la absorción de la pintura formada por una pintura oleosa de un tono claro, ligeramente ocre, pensado para facilitar los efectos lumínicos.

Sobre esta capa, realizó el encaje, a pincel, de la composición y la distribución de las zonas de sombra para terminar la escena, utilizando la pintura al óleo con una destreza que le permitía lograr efectos similares a los de sus dibujos o acuarelas.

En la restauración también se ha corregido la ondulación de los remates ojivales pintados sobre papel adherido a madera.

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