Un Hamlet boliviano, marginal y alcoholizado llega al "Santiago a Mil"

  • La boliviana Compañía de Los Andes ha marcado en la edición 2012 del festival "Santiago a Mil" con un Hamlet marginal y alcoholizado, que carga sobre sí, en una vida sin esperanzas ni futuro, la alternativa del ser o no ser.

Santiago de Chile, 20 ene.- La boliviana Compañía de Los Andes ha marcado en la edición 2012 del festival "Santiago a Mil" con un Hamlet marginal y alcoholizado, que carga sobre sí, en una vida sin esperanzas ni futuro, la alternativa del ser o no ser.

El teatro Antonio Varas acoge este viernes y sábado la obra "Hamlet de Los Andes", que transforma al personaje de Hamlet en un "aparapita", un personaje común en las ciudades de Bolivia, que se dedica a transportar pesadas cargas sobre sus hombros.

Los aparapitas gastan todo lo que ganan en consumir alcohol y generalmente encuentran una muerte temprana, en historias de marginalidad y desarraigo que inspiraron la obra, dirigida por Diego Aramburo, ocho veces ganador del Premio Nacional de Teatro en Bolivia.

Según explicó Aramburo a los periodistas, los aparapitas son generalmente campesinos emigrados a las ciudades, pero no consiguen adaptarse ni quieren volver a sus comunidades, porque les da vergüenza o porque sus paisanos no les aceptan de regreso.

En ese contexto, "terminan en una especie de limbo sociocultural" y lo único que pueden hacer es cargar bultos durante la semana, juntar algún dinero y gastarlo los fines de semana en alcohol.

"Intentan morir tomando. La pregunta shakesperiana del ser o no ser "se vuelve tan radical que la hacen carne", explica el director.

Agrega que la borrachera con chicha de maíz, que "alguna vez fue ritual y conserva algo de eso", no es alucinógena pero su efecto es lento, pues fermenta el estómago y permite "ir asentando pensamientos" hasta llegar a una catarsis, "mezcla de alegría y tristeza".

El Hamlet boliviano responde también a una idea política que se comienza a gestar en el país andino, donde, según Aramburo, hay una sensación de ausencia "de la figura paternalista y perversa que teníamos antes".

La obra es la segunda que presenta la Compañía de Los Andes en el Santiago a Mil; primero, a comienzos de la semana, presentó en la misma sala "En un Sol amarillo, memorias de un temblor", creada hace ocho años y que han paseado por escenarios de Estados Unidos, España, Francia e Italia.

Se trata de un relato sobre el terremoto ocurrido en 1998 en la localidad de Aiquile, cuando fueron robados toneladas de ropa, zapatos, medicamentos y hasta ataúdes reunidos para las víctimas y damnificados después de la tragedia.

Con la ayuda llegó la corrupción y, posteriormente, el estallido de los lugareños que se hartaron de los abusos y expulsaron a los políticos.

El montaje está estructurado con las palabras de los mismos afectados, explica la actriz Alice Guimaraes.

"Son voces poéticas, traducidas del quechua, que la propia compañía recolectó en el lugar del terremoto, testimonios muy bolivianos, por su forma de narrar a través de metáforas", agrega.

Lo anterior se complementó con un estudio oficial sobre la corrupción que impidió que la ayuda llegara a su destino, al que la compañía pudo acceder.

Mostrar comentarios