Un tetrapléjico y un senegalés protagonizan un insólito 'remake' de 'Pretty Woman'

  • La francesa 'Intocable', que se estrena este viernes en España, se ha convertido en la tercera película más vista de la historia de su país. Sólo la superan 'Titanic' y 'Blancanieves y los siete enanitos'. ¿Pero cuál es el secreto del éxito de esta cinta sobre la mistad entre un millonario paralítico y su modesto cuidador? Repetir la infalible fórmula de 'Pretty Woman'.
François Cluzet y Omar Sy protagonizan 'Intocable'
François Cluzet y Omar Sy protagonizan 'Intocable'
lainformacion.com
Fernando de Luis-Orueta

Personaje rico conoce por casualidad a personaje pobre. El rico necesita al pobre para solucionar algunas carencias y el pobre al rico por razones obvias. El roce hace el cariño. La diferencia de clases se interpone y les aleja.

Todo el mundo reconocerá sin problema la estructura de la historia de Pretty Woman una de las películas más exitosas de la historia, emisión infalible en cada pase por televisión. Pero ahora es también el chasis de Intocable, la cinta de Olivier Nakache y Éric Toledano que se ha convertido en la tercera más vista de la historia de Francia.

Casi 20 millones de personas ya la han visto en su país de origen, pero el fenómeno sigue imparable. En Alemania ocupa el número 1 de la taquilla desde hace ocho semanas. En Italia y Suiza el éxito también se mide por millones. Mañana viernes se estrena en España, aunque ya se proyectó en el pasado Festival de San Sebastián.

Pero las similitudes entre Intocable y Pretty Woman van mucho más allá de la mera estructura hasta el punto que la francesa parece un remake no confeso del icono de los 90. ¿Será ese el secreto de su formidable éxito?

Hombre rico, hombre pobre

En Pretty Woman Edward (Richard Gere) es un tiburón de las finanzas que se dedicaba a "comprar compañías con problemas y venderlas en trocitos", como él mismo explica en una escena de la película, mientras Vivien (Julia Roberts) es una prostituta del arroyo de mala vida y buen corazón. Mientras, en Intocable Philippe (François Cluzet) es un ricachón de costumbres exquisitas y elevada cultura mientras Driss (Omar Sy) interpreta a un raterillo de origen senegalés que vive en un barrio marginal y sólo quiere sacar adelante a su familia.

Estaba escrito

El destino mueve los hilos en ambas historias. Richard, de viaje de negocios en Los Ángeles, se pierde en Hollywood Blvd. y pide indicaciones a Vivian, que estaba a la caza de clientes. Driss acude a una entrevista de trabajo en casa de Philippe no para competir por el puesto sino para cumplir un formalismo y conservar su subsidio.

Choque entre dos mundos

Vivian y Driss son personas libérrimas, espontáneas, decididas y cargadas de coraje. Edwards y Philippe son refinados, sensibles pero incapaces de saltarse los límites preestablecidos. La fascinación mutua y el enfrentamiento entre sus costumbres son la chispa que hace arrancar los engranajes de ambas películas.

El deportivo

Edward tiene un deportivo que conduce cautelosamente. Cuando Vivian pone las manos en el volante de destapa como una apasionada del motor y la velocidad. Philippe acostumbra a subir con su silla de ruedas a una camioneta adaptada, pero Driss se niega a utilizarla cuando descubre un impresionante deportivo cubierto con una funda.

Una bañera en mi habitación

Vivian y Driss reaccionan con idéntica incredulidad al oropel de su habitación. Y lo primero que hacen cuando se quedan a solas es tomar posesión del lugar dándose un baño con bien de espuma.

El traje de Cenicienta

Edward quiere que Vivian le acompañe a un compromiso social, pero como ella no tiene ropa adecuada, la manda de tiendas a Rodeo Drive y termina vestida con un elegantísimo vestido. Driss tiene que llevar a su jefe a su fiesta de cumpleaños, para lo cual Philippe le proporciona un elegante esmoquin.

Un regalo a quien más tiene

Los pobres, que son ahora menos pobres, hacen un regalo a quienes han mejorado su situación. Vivian le compra a Edward una corbata en plena vorágine de shopping; Driss le regala a Philippe un pendiente por su cumpleaños.

Volando voy

En un arranque de sofisticadísima espontaneidad, Edward lleva a Vivian a la ópera de San Francisco, avión privado mediante pese a su atávico terror a volar. También Philippe organiza una escapada en avioneta con Driss, aunque esta vez es el ayudante quien tiene pánico a su primer viaje en avión.

Una noche en la ópera

Durante la representación, Vivian "por poco se mea de gusto en las bragas". A Driss, que también le llevan a la ópera en otro momento de la película, la puesta en escena le produce más risa que emoción.

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