Unos Goya notables, un Banderas de matrícula de honor

    • La Gala fue una promoción de nuestro cine, y fue un acierto que así fuera.
    • Un pero: la Academia tiene que replantearse el horario y la duración de la gala. Y los profesionales acortar sus discursos.
Antonio Banderas estrena Twitter con una foto junto a Almodóvar en los Goya
Antonio Banderas estrena Twitter con una foto junto a Almodóvar en los Goya
Emilio C García Fernández

Un año más se ha celebrado la entrega de los Goya, premios que reconocen a las mejores películas y trabajos profesionales de la industria cinematográfica española del año 2014.

La industria centró su foco en que ha vivido uno de los años más sorprendentes de su historia. El revulsivo fue, sin duda, Ocho apellidos vascos, la película de Emilio Martínez-Lázaro que batió todos los récords habidos hasta la fecha. Así pues, los datos económicos del año está mediatizados por esta película, lo que supuso que fueran casi 22 millones los ciudadanos que pasaron por la taquilla de películas españolas, una cifra que no se recordaba desde 2003 y 2005.

En la fiesta también se destacó la variedad de temas abordados como algo que el público ha agradecido. Es un hecho que la variedad ha existido, porque las películas más taquilleras fueron Torrente 5: Operación Eurovegas, El niño,La isla mínima, Relatos salvajes, Pancho el perro millonario y Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo. Pero, una vez más, los datos están ahí para la historia de nuestra cinematografía, y hay que decir que variedad siempre ha habido en el cine español, el problema principal de la aceptación o rechazo ha estado más en la calidad de las películas que en su temática.

La fiesta del cine, dirigida por Juan Luis Iborra y producida por Emiliano Otegui, se celebró por los cauces habituales de los últimos años y fue muy bien presentada por Dani Rovira, en un año que ha sido redondo para el actor porque, además, recibió el premio al mejor Actor Revelación.

No vamos a detenernos en los premios sobre los que hay mucha literatura en la Red. Es más aconsejable señalar que este año realmente los premios encontraron los destinatarios adecuados y más relevantes, tanto las películas como los profesionales. Por eso, hay que felicitarles.

Se pudo comprobar que, desde el primer minuto, la gala estaba enfocada para promocionar el cine español. Y creo que, en buena medida, lo consiguió. Un espectáculo audiovisual llamativo con un director de orquesta que se movió muy a sus anchas por el escenario e involucró a todos lo que tenían que participar en el acto de una manera natural, incluyendo al ministro Wert.

Por nuestra parte queremos llamar la atención sobre algunos de los momentos que surgieron en el guión de la gala porque son llamativos y encierran mucho más de lo que aparentemente se puede decir con una puesta en escena o intervención personal.

De entrada quiero decir que, para algunos profesionales, parece que su idea del cine español empieza a cambiar (aunque piense que es aparentemente), y que quedó plasmada en el arranque de la gala cuando se proyectaron numerosas imágenes del cine español de todos los tiempos. Me llamó mucho la atención este montaje audiovisual, porque intento recordar algo similar y no encentro referencia alguna, sobre todo en los últimos treinta y cinco años. Tampoco llegué a entender el porqué de tanto silencio sobre el cine español anterior a la democracia, cuando son tantas las películas realizadas durante ese periodo (con una situación industrial, económica y de protección similar a la actual) que formaría parte del ADN de cualquier cinematografía. Ya sea por desconocimiento o por posturas y rechazo ideológico, lo que es un hecho es que se ha maltratado e ignorado buena parte del cine realizado bajo la dictadura, cuando por circunstancias sociales, políticas y económicas fue respaldado por el público y consiguió algunos de los éxitos que, de haber control de taquilla, superarían a buena parte de los títulos actuales, aunque los boletines del ICAA están ahí para subrayar lo que digo.

Notable, pues, este homenaje al cine español, que terminó con la interpretación de la canción "Resistiré" por un nutrido grupo de profesionales, con letra de Carlos Toro Montoro, el periodista deportivo convertido en uno de los compositores de más éxito de la canción española y que, además de la popularidad alcanzada por la versión del Dúo Dinámico, fue utilizada por Pedro Almodóvar en su película ¡Átame! (1990). La canción fue escrita en 1988 entre Toro y Manolo de la Calva, y en su estribillo principal dice: "Resistiré, erguido frente a todo,/ me volveré de hierro para endurecer la piel,/y, aunque los vientos de la vida soplen fuerte,/soy como el junco, que se dobla, pero siempre sigue en pie. Resistiré, para seguir viviendo,/soportaré los golpes y jamás me rendiré,/y, aunque los sueños se me rompan en pedazos,/resistiré, resistiré...". Puedo entender lo que pretendían los profesionales del cine español al interpretar esta canción, pero deben saber que hay muchos españoles que llevan mucho tiempo "resistiendo" en un momento social y político complejo para muchas familias. Pienso que lo único que deben hacer es aprovechar las oportunidades de trabajo que se le presenten, hacerlo bien, convencer al espectador con sus aportaciones y disfrutar de la vida mientras se pueda.Enrique González Macho se acordó del público

En este sentido, me sorprendió el discurso del presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, con un tono reivindicativo (que nos bajen el IVA) y muchas palabras al momento magnífico de nuestro cine, en un discurso dirigido a varios embajadores extranjeros que, a mi modo de ver, no tenía sentido. También fue llamativo el agradecimiento al público –¡cuánto tiempo llevo esperando que se acuerden de nosotros!-, algo que se repitió con frecuencia por parte de muchos premiados porque se han dado cuenta de que somos los espectadores los que permitimos el éxito del cine español. Felicitar a los canales de televisión privados y públicos por su implicación en el cine es un detalle (TVE como socio destacado del cine español), aunque este gesto encierre un problema de fondo que marca la dinámica del sector de producción de cine en España. Y, entre otras cuestiones, felicitó a los cortometrajistas, territorio por el que han pasado prácticamente todos los profesionales, porque son los que mejor han promocionado sus trabajos en el periodo de nominaciones (aquí tendríamos que decir que si la inmensa mayoría de los cortometrajes se producen con dinero público ¿porqué no se establecen los cauces adecuados para que los españoles podamos ver tanta creatividad? Esto, también, fue reclamado por los directores de cortos). Finalizó su discurso diciendo: Cuidemos a los que vienen detrás y saber que tenemos que seguir con honor y orgullo".

Otro momento importante de la gala fue la entrega del Goya de Honor a Antonio Banderas. El padrino, Pedro Almodóvar, no estuvo a la altura de sus compañeros, sobre todo cuando Dani Rovira había establecido un marco de relación perfecto en el que todo el mundo estaba cómodo.Antonio Banderas, una lección de cultura

¿Qué se puede decir del actor y productor Antonio Banderas? ¡Qué es muy grande! Porque, la verdad, no se puede decir otra cosa de un hombre que trasciende más allá de su trabajo. Como actor ha interpretado todo tipo de papeles y se ha formado en la perseverancia de quien busca hacerse un hueco en la industria cinematográfica más difícil del mundo. Desde abajo, paso a paso, ha conseguido demostrar que el trabajo bien hecho no está reñido con el tipo de historias que asumes (y de esto dejó huella el bloque de imágenes seleccionado en su homenaje). No todos, seguramente, compartirán esta opinión, pero considero que ha sabido hacer las cosas bien, con tranquilidad, valentía y comprometiéndose con muchos proyectos realizados en España con profesionales españoles e implicándose al máximo, como un currante más. Y, especialmente para nosotros, ha sabido difundir la imagen de España y del cine español en el cine estadounidense y mundial con gran brillantez. Sólo por esto, y por muchas cosas más, Antonio Banderas se merecía este reconocimiento.

Pero más allá de sus merecimientos, me sorprendió su discurso. ¡Vaya texto! La Academia debía reproducirlo en medios (o en su revista) para que todos los profesionales del cine español se lo lean y desentrañen la esencia de una profesión. Entre lo mucho que dijo, ya al final del discurso, insistió en que "Hay que volver a mirar para desentrañar la esencia de nuestra cultura, cuando la mediocridad se ha apoderado de nuestra sociedad…"; y lo dice citando a pintores, literatos y cineastas, entre otros, como basamento de lo que debe prevalecer a la hora de trabajar con honradez y profesionalidad. Es lo mismo cuando cerró sus palabras diciendo que "Cada vez que terminaba un plano, una secuencia, una película, mi mente estaba puesta en España". Una buena lección de cultura que muchos tienen que aprender, puesto que se habla mucho del cine como cultura pero no son pocos los profesionales que hacen aguas cuando tienen que hablar de algunos temas.

Para terminar, decir que dos personas, entre tanta pasarela y fotógrafos, dejan algunas perlas que no pueden pasar desapercibidas. David Trueba se felicita por todo lo que ha pasado en el 2014 pero insiste que hay un problema estructural en el cine español que hay que acometer: una industria descuidada, en manos de las televisiones privadas, y difícil para los jóvenes que empiezan. También Carlos Vermut, comentó que "hay que ver los problemas que existen y establecer los acuerdos necesarios entre profesión y Gobierno para dar una solución viable a los mismos; pero, solucionándolos desde dentro". En fin, que hay que hablar de lo que está pasando en el cine español.

Quizá cabe hacer una recomendación. La Academia tiene que replantearse el horario y la duración de la gala. Y los profesionales acortar sus discursos porque, más allá de las dedicatorias familiares –comprensibles-, las profesionales son repetitivas.

Debemos destacar, pues, que por primera vez se hayan acordado de los espectadores y, también, por primera vez y en lugar destacado (publicidad institucional), se diga que "nuestro cine crea marca España" (aunque para esto todavía quede mucho por hacer).

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