Madrid, 12 sep.- "Zarkana", el nuevo espectáculo "a lo grande" del Circo del Sol, que llegará a Madrid el próximo 12 de noviembre tras su estreno en Nueva York, quiere transmitir al espectador la "magia de lo imposible".
"Somos circo, más circo que nunca", asegura en una entrevista el director de "Zarkana", Francois Girard, al frente de un espectáculo que ha sido definido por la compañía como una ópera de rock acrobática en la que participan 75 artistas de 15 países.
Inspirado en los años 30 y la edad de oro del circo en Nueva York, "Zarkana" narra las aventuras de Zark, un mago que pierde a su amada y con ella sus poderes mágicos, todo ello en el marco de un teatro abandonado.
La inspiración de Girard es el circo, Nueva York y las ferias de "freaks" (del inglés, raro o insólito) que tenían lugar en Coney Island, ya que le gusta, dice, "volver a las raíces de las cosas".
Con esta base, ha creado un viaje a un mundo de fantasía acrobática y musical en el que el rock juega un papel fundamental y diferenciador de otros espectáculos anteriores.
Personajes como la mujer araña, la mujer serpiente, entre algunas de las damas mutantes; un científico loco o criaturas extraterrestres pueblan este espectáculo, que, tras pasar por el Radio City Music Hall de Nueva York, tendrá al Madrid Arena como escenario en Madrid, debido a las dimensiones de este montaje "a lo grande".
Para Girard, el espectáculo "tiene la intención definida desde el principio de ser circo, circo", especialmente por haberse estrenado en Nueva York, donde, dice, "hay que ser muy claro con tu identidad".
Girard considera que su responsabilidad es crear una conexión directa entre el espectáculo y el público y dejarle entusiasmado con las acrobacias.
Por ello, el objetivo del director canadiense con "Zarkana" es que el público viva "una experiencia para recordar" y que sienta la "magia de lo imposible" del espectáculo acrobático.
El montaje estrenado en Nueva York experimentará algunos cambios cuando llegue a España, dictados especialmente por las dimensiones del Madrid Arena, más reducidas que las del Radio City Music Hall, un espacio demasiado grande, en opinión del director.
Al espectáculo de circo se suma "el poder de la tecnología", y las proyecciones audiovisuales y los efectos especiales cobran gran importancia en el montaje, con una escenografía cuya estética se sitúa entre Gaudí, Klimt y el Art Noveau.
El vestuario de los 75 artistas que toman parte en este espectáculo está inspirado en las carpas de circo de los años 30 y los 250 trajes que visten han sido realizados en una versión moderna de ese estilo.
Girard, director de cine (El violín rojo, Seda), de ópera y de teatro, considera que dirigir un espectáculo del Circo del Sol es un "reto fantástico y fabuloso".
Esta es la segunda ocasión en que colabora con esta compañía, tras el espectáculo ZED en 2008, y valora mucho la experiencia de las personas que llevan trabajando años en el Circo del Sol.
Y de dirigir a 400 personas en el Circo del Sol pasa a trabajar en una producción en Tokio con solo dos actores: "Me gustan los extremos", concluye.-
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