11-M. ALREDEDOR DE UN 10% DE LAS VÍCTIMAS DE EVENTOS TRAUMÁTICOS COMO EL 11-M “MEJORAN” SU VIDA TRAS LA CATÁSTROFE

La “gran mayoría” de las víctimas de los atentados ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004 llevan desde hace tiempo vida normal, si bien es cierto que hay un porcentaje “pequeño” de ellas que no puede decir lo mismo y otro que ha “mejorado” su situación porque ha encontrado un nuevo sentido a la vida.
Así lo explicó este viernes a Servimedia Mónica Pereira, experta en psicología de emergencias y psicología traumática que ha atendido a varias de las víctimas del 11-M y que conoce a algunas de ellas que viven con resilencia o “capacidad para crecer tras un evento traumático”.
Aunque no es posible determinar cuántas han desarrollado esa resilencia, los últimos estudios sobre el asunto afirman que entre un 10% y un 15% de las víctimas de catástrofes naturales, atentados o eventos similares a los del 11-M hacen resilencias tras ellos, detalló esta experta.
Además, prosiguió, el porcentaje es sensiblemente superior al estimado hace una década, cuando se hablaba de que las personas que consideran que han mejorado su vida después de un acontecimiento adverso como el de un atentado eran entre un cinco y un 10%.
En cuanto al resto de las víctimas de catástrofes y atentados como los del 11 de marzo de 2004, los diferentes estudios existentes señalan que entre un 80 y un 90% de ellas llevan una vida normalizada al año, que un porcentaje “pequeño” desarrolla patologías psicológicas y que otro porcentaje “mejora” su calidad de vida, incidió Pereira.
Estar en uno u otro grupo, abundó la psicóloga, depende de muchos factores, como la situación vital de cada persona en el momento de la catástrofe o el grado de cercanía o afinidad con los fallecidos.
Con respecto a la idoneidad o no de los homenajes tras situaciones como las del 11-M, Mónica Pereira sostiene que generan “dualidad” en las víctimas, ya que por un lado sienten que no se han olvidado de ellas y esto les provoca sentimientos positivos y, por otro, que no pueden “pasar página” y que se vuelven a “abrir las heridas”, lo que les resulta más negativo.