La Comunidad ofrece programas de sexualidad en sus centros para personas con discapacidad intelectual

EUROPA PRESS

Durante 2015 se llevó a cabo un proyecto piloto en dos centros y, tras el "éxito alcanzado", se ha decidido extender este año el programa a los 13 centros de la Agencia Madrileña de Atención Social, expone el Ejecutivo autonómico en un comunicado.

Los Centros para Personas con Discapacidad Intelectual de la Comunidad de Madrid cuentan con distintas actividades para fomentar las habilidades personales, sociales, laborales y de capacidad de autocuidado de sus usuarios.

Con el programa de sexualidad, que es desarrollado por la Asociación

Sexualidad y Discapacidad (entidad de reconocida experiencia y prestigio en el ámbito profesional y universitario), se aborda de forma integral la atención, información, educación y apoyo preciso para un desarrollo armónico en las esferas afectivas y emocionales inherentes a la sexualidad.

A su vez, atiende a las necesidades y demandas de los propios usuarios y aquellas formuladas por familiares y profesionales de los centros.

El desarrollo de las actividades asociadas a este programa permite generar "unos espacios y tiempos de reflexión entre las personas implicadas, enfatizando y situando a la persona con discapacidad intelectual en el centro del proceso, como protagonista activo de su vida, y tratando de hacer un diagnóstico global a partir de las experiencias personales y las realidades vividas".

Partiendo de este análisis, se definen claves y pautas de actuación, consensuando criterios de trabajo y conclusiones que permitan hacer propuestas para el abordaje presente y futuro de la sexualidad de las personas con discapacidad intelectual usuarias de los 13 Centros de la Agencia Madrileña de Atención Social.

PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LAS FAMILIAS

Se trata de un programa que las familias deben comprender en profundidad para conseguir su participación activa por medio de la comunicación, con el objetivo de conseguir su implicación y apoyo hacia los deseos e inquietudes de las personas interesadas.

De igual manera, compromete a los equipos profesionales que cuidan a los usuarios en los centros para conseguir su motivación, sensibilización y formación adecuada, de modo que adquieran las competencias y capacidades necesarias para mejorar la atención y apoyo a la educación sexual de las personas con las que trabajan. Por lo tanto, favorece una actitud en la que la atención y la educación afectiva sexual forma parte de lo cotidiano.

Dado el número de participantes en el programa, el desarrollo se ha diseñado en dos fases y, a su vez, éstas se dividen en distintas sesiones de trabajo dirigidas a todos los agentes implicados.

De este modo, cada fase debe ir incorporando a más participantes, abordando de manera especial las posibles barreras que surjan y evaluando las actuaciones y los ajustes necesarios para el logro de los objetivos.

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