Según ha informado este martes el Instituto Armado, existía un "peligro de contaminación" de las aguas del río por la posibilidad de la filtración de líquidos procedentes de los vehículos desguazados.
El 9 de noviembre, agentes de la Guardia Civil del puesto de Ripoll inspeccionaron el taller y constataron que tenían vehículos desguazados, restos de aceites y otros líquidos procedentes de automóviles.
El dueño del recinto no pudo aportar los permisos correspondientes para poder realizar tareas de desguace de vehículos ni el almacenaje y tratamiento de aceites, plásticos, repuestos y líquidos como el refrigerante y el de frenos.
Por todo ello, levantaron un acta por infracción a la normativa sobre recepción, tratamiento y almacenaje de productos peligrosos para el medio ambiente, que se remitirá a la Agencia de Residuos de Catalunya.
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