LAS EMISIONES DE CO2 PARA 2030 VARÍAN HASTA UN 30% POR LA AMBIGÜEDAD DEL ACUERDO DE PARÍS

Las emisiones globales de gases de efecto invernadero recogidas en los planes de acción climática de los países para 2030 varían hasta un 30% debido a las ambigüedades del Acuerdo de París, el primer tratado universal de lucha contra el cambio climático y firmado en la capital francesa en 2015, por lo que este documento debería incluir aclaraciones técnicas.
Así se recoge en un estudio realizado por seis investigadores y liderado por el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA, por sus siglas en inglés), ubicado en Austria.
El trabajo recoge las promesas de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) realizadas por los países tras el Acuerdo de París, que son como una hoja de ruta sobre cómo cada Estado reducirá sus emisiones.
Con ello, cada país contribuiría a una reducción global de emisiones suficiente para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura media del planeta “muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales” o limitarlo a 1,5ºC para reducir los riesgos y los efectos del cambio climático.
El estudio, publicado en la revista ‘Nature Communications’, indica que las emisiones de gases de efecto invernadero podrían oscilar entre 47 y 63 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) por año en 2030, frente a las 52 de 2015.
DISPARIDAD DE CRITERIOS
Esto supone que las emisiones recogidas en los actuales planes climáticos de los países pueden variar entre un -10% y un +20% en 2030 respecto a las 52 GtCO2e emitidas en 2015. Ese rango tiene consecuencias cruciales para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
"Los países han presentado promesas de limitar y reducir sus emisiones, pero en muchos casos las acciones descritas en estas promesas son ambiguas o imprecisas", apunta Joeri Rogelj, investigador del IIASA y director del estudio.
Por ejemplo, algunas promesas se centran en mejorar la "intensidad de las emisiones", lo que significa reducir las emisiones por dólar de producción económica, pero las suposiciones sobre el crecimiento socioeconómico suelen ser implícitas o desconocidas.
Otros países aluden a reducciones absolutas de emisiones, que son más fáciles de entender, o proponen objetivos de energía renovable, que pueden expresarse de diferentes maneras. También subsisten preguntas sobre cuánto contribuirá la mitigación del cambio climático relacionada con el uso de la tierra, como reducir la deforestación o preservar los bosques.
En este sentido, el estudio muestra de manera cuantitativa que mantener el calentamiento por debajo de 2ºC requiere que los países aumenten la rigurosidad de sus contribuciones nacionales o aumenten su ambición entre cuatro y 25 veces en 2030, mientras que no hay manera de limitar el calentamiento a 1,5ºC a finales de este siglo.
"Los nuevos resultados nos permiten entender con mayor precisión lo que está impulsando la incertidumbre en las estimaciones de emisiones implícitas en las promesas de París. Con esta información, los legisladores pueden formular soluciones para remediar este problema", recalca Rogelj.
Los investigadores indican que esa incertidumbre podría reducirse en un 10% con aclaraciones técnicas simples y rebajarse aún más con directrices más claras para los países en la elaboración de sus contribuciones determinadas a nivel nacional.

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