México: un feto y dos niños en fosa común cavada irregularmente por autoridades

Un feto y dos niños fueron hallados entre el centenar de cuerpos de una gran fosa común cavada irregularmente en 2014 por la fiscalía del estado mexicano de Morelos (centro) gracias al trabajo de exhumación realizado por presión de familiares de desaparecidos y culminado este viernes.

Autoridades y peritos independientes tardaron doce días en hacer todo el trabajo de exhumación y de toma de muestras biológicas y, al dar por acabado el proceso este viernes, reconocieron que hay un cuerpo más de los 116 que estaban contabilizados inicialmente, de los cuales 88 tenían registro genético y 28 ningún tipo de identificación.

Entre los cadáveres había un feto de 36 semanas, un niño de 2 años y una niña de 7 que estaban identificados pero que no habían sido reclamados desde su deceso entre 2012 y 2013, explicó el fiscal estatal, Javier Pérez.

Al recordar que hay dos exfuncionarios de la dependencia bajo proceso judicial por el caso, el fiscal aseguró que se investigará por qué el listado de cuerpos era menor del real y no descartó que más funcionarios y exfuncionarios sean investigados por distintas irregularidades en torno a esta fosa, cavada en un panteón del poblado de Tetelcingo, en el municipio de Cuautla (a unos 100 km de la Ciudad de México).

Pérez aseguró, además, que ya se extrajo una muestra biológica de todos los cuerpos para su plena identificación y dijo que los 117 cadáveres fueron trasladados a otro panteón de Cuautla, donde cada uno de ellos reposará dentro de planchas distribuidas en 25 gavetas.

Mientras, siguen las excavaciones alrededor de la fosa de dos hoyos de Tetelcingo para descartar la localización de más cadáveres.

El descubrimiento de la fosa se dio a raíz de la batalla judicial de la madre de uno de los fallecidos, Oliver Wenceslao Navarrete Hernández.

Aunque su cadáver estaba plenamente identificado, la familia de este hombre secuestrado en 2013 no lo pudo sepultar por la insistencia de la fiscalía de retenerlo para pruebas forenses.

Pero el tiempo pasó y el cadáver desapareció de los registros hasta que, después de muchas denuncias, un funcionario develó que Oliver había sido enterrado en la fosa de Tetelcingo con firmas aparentemente falsificadas.

Al lograr presenciar su exhumación en diciembre de 2014, los Navarrete Hernández grabaron un video de la fosa con decenas de cadáveres apilados, desatando la indignación de organizaciones de familiares de desaparecidos, más de 28.000 desde que el gobierno lanzó la guerra contra el narco en 2006.

La presión de esas familias hizo que la fiscalía de Morelos abriera una investigación sobre el caso y accediera a exhumar los cuerpos el pasado 23 de mayo bajo la expectante presencia de familiares provenientes incluso de otros estados del país.

En un primer momento, el fiscal Pérez argumentó que los cadáveres fueron enterrados en la fosa común por la falta de espacio en las instalaciones de la dependencia y por razones sanitarias.

Las autoridades pueden hacerlo cuando los cuerpos no son reclamados y, en este caso, al parecer se saltaron este y otros protocolos como la correcta identificación de algunos de los cadáveres mediante documentos que los relacionen con sus carpetas investigativas.

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