LOS NUEVOS CASOS DE CÓLERA EN YEMEN CAEN UN TERCIO DESDE JUNIO, SEGÚN UNICEF

La actual crisis humanitaria sin precedentes en Yemen muestra síntomas de mejora porque el número de nuevos casos de cólera ha descendido en un tercio desde finales de junio y se ha frenado el brote de diarrea aguda acuosa gracias al esfuerzo colectivo de “miles de héroes anónimos”, según informó este lunes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Esta agencia de la ONU indicó que los trabajadores de salud, agua e higiene (que llevan sin cobrar sus salarios más de 10 meses) han trabajado sin descanso para detener el brote de cólera, que continúa siendo el peor del mundo con más de 550.000 casos sospechosos y más de 2.000 muertes asociadas desde el pasado mes de abril. Los niños suponen más de la mitad de los afectados.
Unicef destacó que un “esfuerzo masivo” y “colectivo” para atender a los enfermos y mejorar los sistemas de agua y saneamiento ha ayudado a frenar la propagación de la enfermedad.
“Hemos tenido muchas dificultades a la hora de afrontar la cantidad de pacientes que han venido a nosotros, muchos de ellos en condiciones extremadamente graves”, explicó la doctora Nahla Arishi, directora adjunta y jefa del centro para el tratamiento del cólera del hospital Alsadaqah (en Adén). Esta facultativa también aludió a que “el hospital está lleno y las camas y medicamentos escasean, pero yo no puedo cerrar las puertas y dejar sin atender a los niños porque no haya suficientes camas. Soy doctora y también soy madre”.
Unicef indicó que continúa en marcha una campaña nacional de sensibilización sobre el cólera que ha movilizado a más de 40.000 voluntarios, los cuales han ido de casa en casa hasta llegar a más de 2,7 millones de familias (el 80% de los hogares de Yemen).
LEJOS DE ACABAR
A través de esa campaña, cerca de 12,5 millones de personas en todo el país han recibido información sobre cómo desinfectar el agua y lavarse las manos, así como sobre saneamiento y manipulación adecuada de alimentos, y 250.000 niños y adultos afectados por la diarrea han recibido sales de rehidratación oral y han sido derivados para su tratamiento.
“Muchos de los niños que he visitado en sus hogares están muy delgados y débiles”, señaló Muthab Alburaik Salem, madre de dos hijos y voluntaria local de salud que colabora en la campaña, que agregó: “Es fundamental que las comunidades más vulnerables cuenten con esta información para evitar aún más sufrimiento. Tengo miedo de que mis propios hijos estén expuestos a enfermedades, así que trato a todos los niños con los que trabajo en Yemen como si fueran los míos”.
A pesar de estos logros, Unicef precisó que la lucha contra el cólera está muy lejos de acabar en Yemen porque, en medio de la violencia continuada, unos sistemas de agua y saneamiento colapsados, y más de la mitad de los servicios de salud fuera de servicio, casi 15 millones de personas no tienen acceso a agua segura y a servicios básicos sanitarios, mientras el país sigue al borde de la hambruna, con cerca de 385.000 niños con desnutrición aguda grave y, por tanto, en riesgo de padecer diarrea acuosa aguda y cólera.
Unicef recalcó que, con el fin de mantener los avances conseguidos, la comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para reconstruir los servicios de salud, agua y saneamiento, e invertir en la prevención de futuros brotes. Y pidió a todas las partes en el conflicto que encuentren una solución pacífica a la violencia en Yemen que permita salvar las vidas de los niños y darles la oportunidad de tener un futuro mejor.

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