El director de Operaciones Humanitarias de la ONU reclamó este jueves una investigación inmediata del bombardeo aéreo de un campo de civiles desplazados en el norte de Siria que dejó al menos 28 muertos.
"Si se descubre que este ataque obsceno tenía como blanco deliberado una estructura civil, podría constituir un crimen de guerra", dijo Stephen O'Brien, el más alto encargado de la ONU de asuntos humanitarios.
Al menos 28 civiles incluyendo mujeres y niños murieron en los bombardeos aéreos en el campo cerca de Sarmada en la provincia de Idleb, donde habían buscado refugio familias que habían huido de los enfrentamientos sangrientos en la región vecina de Alepo.
Esta provincia, cercana a la frontera con Turquía, está controlada por el Frente Al Nosra, la filial siria de la red Al Qaida, y sus aliados rebeldes.
"Estoy horrorizado y asqueado por la noticia de civiles muertos hoy por bombardeos aéreos en dos asentamientos donde personas desplazadas buscaban un santuario", dijo O'Brien.
Miles de sirios han huido de los combates en el norte de la provincia durante las últimas semanas y se han establecido campamentos para los desplazados a lo largo de la frontera turca.
Los bombardeos ocurrieron cuando acababa de entrar en vigor, este jueves, una tregua en la devastada Alepo impulsada por Estados Unidos y Rusia y aceptada por el régimen sirio y los rebeldes.
La guerra en Siria ha dejado más de 270.000 muertos y desplazado a millones desde su comienzo tras la violenta represión de protestas antigubernamentales en 2011.
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