Turquía rechaza romper vínculos con Alemania por votación sobre genocidio armenio

Turquía y Alemania son "aliados muy importantes" cuyas relaciones no "se deteriorarán por completo" tras el reconocimiento por el parlamento alemán del genocidio armenio, afirmó el viernes el primer ministro turco, aunque anunció represalias tras esta iniciativa muy mal recibida en su país.

"Alemania y Turquía son dos aliados muy importantes. Nadie debe esperar que las relaciones se deterioren por completo de una sola vez a causa de esta decisión o de decisiones similares", declaró Binali Yildirim, en un intento aparente de mantener bajo control las tensiones.

"Esto no quiere decir, sin embargo, que no reaccionaremos, que no diremos nada", advirtió.

Turquía recibió con cólera el jueves la votación por la cámara baja del parlamento alemán, el Bundestag, de una resolución sobre el genocidio armenio, y llamó a consultas a su embajador en Berlín.

En plena crisis migratoria en Europa, en la que Turquía tiene un papel determinante, esta votación del parlamento alemán complica las ya tensas relaciones entre Ankara y Berlín.

Ankara amenaza con no aplicar un controvertido acuerdo suscrito con la Unión Europea --e impulsado por Alemania--, que ha reducido sensiblemente el flujo de migrantes hacia Europa.

Esta resolución del Bundestag "afectará seriamente a las relaciones turcoalemanas", había advertido tras la votación el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de visita en Kenia, añadiendo que a su vuelta se adoptará una decisión sobre el "procedimiento" a llevar a cabo en respuesta al voto de los diputados alemanes.

Yildirim reiteró por su lado que Ankara considera esta resolución como "nula" y estimó que "dañó seriamente las relaciones entre Alemania y Turquía". Añadió que adoptarán "las respuestas apropiadas".

"Independientemente de las condiciones, continuaremos las relaciones con nuestros amigos, con nuestros aliados", subrayó, sin embargo.

Pero estas tensiones generan inquietud en la Unión Europea, que tiene dificultades y recibe críticas por el polémica acuerdo sobre los migrantes firmado con Ankara.

Turquía exige una exención de visados de entrada a la UE para sus ciudadanos, y rechaza las condiciones impuestas para ello por Bruselas.

Poco depsués de la votación en el parlamento alemán, Alemania intentó apaciguar la cólera de Turquía --un importante socio económico y en el sector del turismo-- a través de su canciller, Angela Merkel, quien dijo que su gobierno deseaba favorecer "el diálogo entre Armenia y Turquía".

Por su lado, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, expresó el jueves el deseo de que Turquía no reaccione de manera "excesiva" al reconocimiento del genocidio armenio por los diputados alemanes.

Aunque la resolución del Bundestag es una nueva etapa hacia el reconocimiento oficial de Alemania del genocidio de los armenios, el texto no compromete al propio ejecutivo de Merkel.

Los armenios consideran que 1,5 millones de los suyos fueron asesinados de manera sistemática al final del Imperio otomano, en 1915.

Muchos historiadores y más de 20 países, entre ellos Francia, Italia, Rusia, Uruguay, Argentina y Bolivia, han reconocido el genocidio de los armenios.

Turquía afirma por su parte que se trató de una guerra civil, a la que se añadió la hambruna, en la que murieron entre 300.000 y 500.000 armenios y otros tantos turcos cuando las fuerzas otomanas y Rusia se disputaban el control de Anatolia.

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