Antoni fogué rechaza que suprimir las diputaciones supusiera un gran ahorro a las arcas públicas


El presidente de la Fundación Democracia y Gobierno Local, Antoni Fogué, considera que la supresión de las diputaciones provinciales, como propugnan algunos políticos, no supondría ni mucho menos un "gran ahorro" a las arcas públicas, ya que los servicios que prestan estas corporaciones tendrían que ser desempeñados por otras entidades. Sí consideró necesario "actualizar, modernizar y renovar" las diputaciones, con el fin de que sean unas administraciones locales "más modernas, útiles y eficaces".
"Las diputaciones provinciales tienen razón de ser en la medida que sean capaces de dar respuesta a todos los mecanismos de cooperación supramunicipal y intermunicipal, cooperación, soporte y ayuda con los municipios, con los ayuntamientos; pero con todos los ayuntamientos, con los ayuntamientos pequeños, de 200 habitantes, o con los que tienen 15.000 o los que tienen 250.000. Las diputaciones han de ser instituciones al servicio de los ayuntamientos y en momentos de crisis han de ser todavía más necesarias", indicó Fogué en declaraciones a Servimedia.
Destacó en concreto el caso de la Diputación de Barcelona, donde "estamos consiguiendo mantener los servicios y la calidad de los mismos sin incrementar los gastos públicos".
Respecto a si atribuye a la crisis económica el debate sobre la supresión de las diputaciones, indicó que "es un debate de hace muchos años, pero es cierto que ahora se ha dado una coyuntura de suma de opiniones no exactamente coincidentes en todo, pero que aprovecha la situación de crisis para justificar la posible eliminación de las diputaciones".
"Hubo un expresidente del Gobierno de España que fue más allá y ya no tenía bastante con eliminar y laminar las diputaciones, sino que también quería hacer lo mismo con el Estado de las Autonomías", declaró. "Creo que éste no es un análisis correcto".
A su juicio, "cuando hay crisis lo que hay que hacer es tomar las decisiones pensando en ésta y en la postcrisis. No creo que sea cierto que reducir, eliminar las diputaciones provinciales, suponiendo que desde del punto de vista jurídico y constitucional fuera posible y si tuvieran los acuerdos suficientes para hacerlo, eso iba a promover un ahorro de gasto público que fuera significativamente importante".
A este respecto, manifestó que "si se eliminan las diputaciones, se dejan de prestar servicios a los ayuntamientos, se dejan de hacer cosas o las hacen otras instituciones. Si las hacen otros, tendrán un coste también".
Además, recordó que las diputaciones tienen unas plantillas de empleados, y "supongo que los que plantean eliminar las diputaciones no estarán planteando enviar al paro a todos estos trabajadores", comentó.
ACTUALIZAR, MODERNIZAR Y RENOVAR
En su opinión, lo que hace falta en las diputaciones y en el resto de administraciones públicas es "que adecuen su organización a la situación actual y a las necesidades actuales. Y por lo tanto, hace falta actualizar, modernizar y renovar".
Según Fogué, si desaparecieran las diputaciones habría que "inventar una cosa nueva (...) O si no inventas, le trasladas esto a que lo haga alguien de los que ya existen. Además, los ayuntamientos por sí solos no pueden hacer esto. La relación supramunicipal y intermunicipal no la puede hacer un ayuntamiento".
También consideraría un error traspasar estas funciones a los gobiernos autonómicos, lo que, entre otras cosas, "va en contra del principio estatutario de descentralizar España".
Considera además que "pretender que los gobiernos autónomos, que bastante tienen con lo suyo, pasaran ahora a asumir la especialización que representa los trabajos con los ayuntamientos, que no es su especialización, no representaría un ahorro económico ni tampoco representaría una mejora de la eficacia y eficiencia (...) Esta salida solamente se puede entender de aquellos que tienen la concepción de que lo que hacen las diputaciones, como no hacen nada, lo puede hacer cualquiera".
"Yo les diría: vengan a la Diputación de Barcelona y después, a partir de aquí, miren lo que quiere decir que todo lo que hace la Diputación de Barcelona lo tuviera que asumir la Generalitat de Cataluña", añadió.
Respecto al supuesto ahorro que significaría la supresión de las diputaciones, opinó que decir que conllevaría "un gran ahorro es falso, quien lo diga que lo demuestre".
Sobre la propuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha planteado una revisión del modelo actual de las diputaciones, Antoni Fogué dijo que está de acuerdo parcialmente, ya que estas instituciones deben "adecuar sus estructuras, sus funciones, su organización a la nueva situación que tenemos. Hay que modernizar estructuras, hay que cambiar el concepto de diputación 'repartidora' al concepto de diputación, gobierno local intermedio que coopera con los ayuntamientos".
Se trata en definitiva, en su opinión, "no de la desaparición de las diputaciones, sino de la adecuación, la modernización, la transformación en administraciones modernas, útiles y necesarias".
También se refirió a la influencia que haya podido tener en la imagen de las diputaciones la actuación irregular de los gestores de algunas de ellas y afirmó que "no se tiene que confundir las acciones de responsables políticos, de personas, con las instituciones". "No es justo criminalizar a ninguna institución pública por el hecho que, en algunos casos, pueda haber habido actuaciones que sean incorrectas, ilícitas", dijo.
Pese a la existencia del debate sobre la supresión de las diputaciones, estimó que al final "imperará el sentido común", y aunque "es un tema recurrente en algunas formaciones políticas, porque tienen una visión distinta de la organización del Estado", opinó que "en las estructuras mayoritarias lo que harán es trabajar en términos políticos para que las diputaciones sean unas administraciones locales más modernas, más eficaces".

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