Ascenso de ultraderecha genera incertidumbre sobre favoritismo de izquierda

  • La izquierda sueca llega como favorita para recuperar el poder ocho años después a escasos días de las elecciones generales del 14 de septiembre, pero las divisiones internas, la falta de mayoría absoluta y el ascenso del ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) que pronostican los sondeos han generado incertidumbre.

Copenhague, 9 sep.- La izquierda sueca llega como favorita para recuperar el poder ocho años después a escasos días de las elecciones generales del 14 de septiembre, pero las divisiones internas, la falta de mayoría absoluta y el ascenso del ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) que pronostican los sondeos han generado incertidumbre.

La oposición mantiene una cómoda ventaja que en algunos casos supera los 10 puntos sobre la gubernamental Alianza de centroderecha, pero los sondeos apuntan también a que la derecha ultranacionalista podría convertirse en tercera fuerza.

"La estrategia es muy simple: tenemos que ser tan grandes que no podamos ser ignorados", dijo hace unas semanas el líder de SD, Jimmie Åkesson, que aspira a acentuar el papel de árbitro que ejerció en la anterior legislatura.

Aunque el resto de partidos se niega a pactar con esta formación, no han podido ignorar del todo a SD, que del 5,7 % actual podría pasar al 10 %.

Sus votos sirvieron el otoño pasado para frenar por ejemplo una nueva bajada fiscal planeada por el Gobierno, que perdió la mayoría absoluta en 2010, aunque SD votó mayoritariamente con la Alianza la pasada legislatura.

Surgido en 1988 en torno a un núcleo neonazi, SD ha realizado un proceso de moderación y lavado de cara desde la llegada al liderazgo de Åkesson en 2005, que culminó con la entrada en el Parlamento hace cuatro años.

Åkesson se ha esforzado por presentar a SD como un partido socialconservador y por equipararse a formaciones ultranacionalistas como el Partido Popular Danés y el noruego Partido del Progreso, que defienden ideas similares pero sin raíces en el neonazismo.

Incluso hace dos años lanzó una campaña de "tolerancia cero" contra extremistas y racistas en su partido, aunque ni ha evitado los incidentes ni ha sido tan dura como pretendía.

El "escándalo de la barra de hierro", la difusión de un vídeo en el que dos diputados del partido se encaran con inmigrantes y tratan de agredirlos; o el revuelo por las declaraciones de varios cargos locales acusando al Islam de fomentar las violaciones son dos ejemplos de escándalos recientes que han perseguido a SD.

Polémica fue también la reciente gira de Åkesson por escuelas, hospitales y otros lugares de trabajo en municipios gobernados por los socialdemócratas para captar electores, marcada por las protestas de numerosos trabajadores con las que fue recibido.

El auge de Demócratas de Suecia ha espoleado a formaciones más radicales, como el Partido de los Suecos, de filiación neonazi y que tras verse inmerso en varios incidentes violentos en los últimos meses, ha hecho campaña en decenas de localidades, aunque pensando más bien en los comicios municipales.

Sus mítines, contestados por las iglesias locales haciendo sonar sus campanas para alertar contra el nazismo, no ha atraído a demasiados simpatizantes, pero sí a muchos antifascistas, lo que ha generado enfrentamientos con la policía, cuya reciente actuación en Malmö recibió amplias críticas por exceso de celo.

Pese a ciertas declaraciones confusas, el primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, ha reiterado que dejará gobernar a la opción minoritaria más votada, aunque ha acusado a la vez a la oposición de falta de unión, a diferencia de en 2010, cuando socialdemócratas, verdes y socialistas se presentaron en bloque.

El líder socialdemócrata, Stefan Löfven, ha señalado al Partido del Medioambiente como su "aliado natural", tratando de alejarse de los socialistas, demasiado radicales a su juicio en asuntos como la gestión privada de la educación y la sanidad, aunque sabe que dependerá de sus votos para salir adelante.

Pero a pesar de los elogios, las diferencias con los ecologistas también son importantes en cuestiones como defensa, impuestos o energía nuclear.

El panorama podría verse alterado en caso de que Iniciativa Feminista, que logró un escaño en las elecciones europeas de mayo e integra el bloque de izquierda, logre superar la barrera mínima del 4 %, aunque los sondeos apuntan a lo contrario.

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