Aznar recuerda su primer mandato a través de los políticos que conoció

  • José María Aznar presentará mañana en Madrid el primer volumen de sus memorias, en las que cuenta sus recuerdos y muestra su visión de los personajes que se cruzaron en su trayectoria, desde su juventud hasta el final de su primera legislatura como presidente del Gobierno.

Belén Gil Orantos

Madrid, 25 nov.- José María Aznar presentará mañana en Madrid el primer volumen de sus memorias, en las que cuenta sus recuerdos y muestra su visión de los personajes que se cruzaron en su trayectoria, desde su juventud hasta el final de su primera legislatura como presidente del Gobierno.

Una galería de personajes por la que desfilan políticos conservadores, como José María de Areilza, Manuel Fraga, Rodrigo Rato o María San Gil; de centro, como Adolfo Suárez; de izquierdas, como Felipe González o Julio Anguita; y nacionalistas, como Jordi Pujol.

Los actuales ministros de Defensa, Pedro Morenés; Interior, Jorge Fernández Díaz; Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; Industria, José Manuel Soria, y de Fomento, Ana Pastor, acudirán al acto de presentación, que contará también con la presencia del que fuera su vicepresidente económico, Rodrigo Rato, al que dedica buena parte del prólogo de su obra para relatar el distanciamiento entre ambos a raíz de la designación de Mariano Rajoy como su sucesor.

Aznar recuerda en el libro su primera oferta para entrar en política, que recibió poco antes de las elecciones del 1 de marzo de 1979 de José María de Areilza, fundador del partido Acción Ciudadana Liberal y que en ese momento negociaba las listas electorales con Alianza Popular.

Pese a que Areilza era un "escritor brillante, hombre de gran capacidad intelectual, espíritu abierto y gran conversador", dice Aznar en sus memorias, "sus aciertos eran sólo relativos, como luego se demostró y como quizás yo intuí desde nuestro primer encuentro".

El joven Aznar rechazó ser candidato al Congreso de los Diputados por la entonces circunscripción provincial de Logroño, pero el contacto con Areilza le condujo a Alianza Popular y a Manuel Fraga, a quien, dice, "le definía toda una pulsión de poder, siempre inteligente, creativa y, sobre todo, patriótica".

"Derrochaba vitalidad, energía y arrojo en viajes maratonianos", con un "afán por devorar los minutos, por ir muy deprisa en todo, por tener agendas sobrecargadas", señala.

Aznar asegura que "llevar la contraria a Fraga siempre fue una empresa temeraria" y, de hecho, "en España, fue una de las personas que con más vehemencia se manifestó públicamente" en contra de su decisión de no presentarse a la reelección.

Tampoco estaban de acuerdo con esta idea los expresidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo.

"Aunque no pedí expresamente su opinión, tanto Adolfo Suárez como Leopoldo Calvo-Sotelo me trasladaron en reiteradas ocasiones su criterio en contra de una retirada que consideraban prematura", explica.

Sobre el primero, recuerda que ambos coincidieron por primera vez en el Congreso de los Diputados tras las elecciones de 1982 y que su relación se hizo más intensa con motivo de las negociaciones entre AP y el CDS.

"Nos hicimos amigos y siempre me animó mucho (...) Hasta me aseguró que algún día acabaríamos trabajando juntos. Tenía una gran simpatía personal y era generoso en sus elogios".

Sobre Jaime Mayor Oreja dice que "con él las cosas fueron más fáciles", pues "su reacción tras conocer que yo me decantaba por Mariano como candidato fue de absoluto respeto, colaboración y lealtad".

José María Aznar también retrata a sus principales contrincantes políticos, Felipe González y Julio Anguita.

Del dirigente socialista, menciona, en uno de los pasajes sobre el debate electoral de 1993, que "transmitía inseguridad, sólo se libraba de su inseguridad cuando se encontraba en situación dominante".

Con más cariño recuerda al que fuera líder de Izquierda Unida. "Llegamos a tener una relación de amistad -afirma-. Una relación que se basaba en la convicción mutua de que la política debe ser, ante todo, una actividad decente".

Pero eso, agrega en tono jocoso, "no me liberaba de recibir alguna de sus largas charlas sobre las bondades del marxismo".

Y si hay una persona de la que Aznar habla con verdadera admiración es de la exlíder de los populares vascos María San Gil. "Es uno de los grandes referentes políticos y morales del PP en el País Vasco y de toda España", afirma.

Entre los nacionalistas, destacan sus comentarios sobre el expresidente catalán y fundador de CiU Jordi Pujol, que "suele acertar en las cosas pequeñas y equivocarse en las grandes".

"Siempre decía estar incómodo. Lo dijo en la primera legislatura y lo dijo también en la segunda. Se quejaba de manera permanente. Nada era suficiente. Nada le satisfacía".

Fuera del ámbito político, tampoco describe con benevolencia al exbanquero Mario Conde. "Había sido un mal gestor, que había utilizado su desembarco en uno de los bancos más tradicionales del sistema financiero español al servicio de sus intereses personales", señala.

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