Benito Taibo recuerda en sátira que dictadura puede renacer en Latinoamérica

  • El escritor mexicano Benito Taibo dijo hoy que la tentación de la dictadura en América Latina, protagonista de su última novela, sigue viva, y se burla de ella en una sátira mordaz que homenajea a los grandes literatos de la región que escribieron sobre dictadores.

Alberto Cabezas

México, 15 may.- El escritor mexicano Benito Taibo dijo hoy que la tentación de la dictadura en América Latina, protagonista de su última novela, sigue viva, y se burla de ella en una sátira mordaz que homenajea a los grandes literatos de la región que escribieron sobre dictadores.

"Cada vez que nos descuidamos un poco en América Latina, que celebramos a las democracias, aparece un nuevo dictadorcillo, dictadorcete, dictadorzote y nos estropea la fiesta democrática", explicó Taibo (Ciudad de México, 1960) en una entrevista con Efe.

"Yo nací en un tiempo de dictadores, en los años sesenta, y todos los sesenta, setenta y ochenta los dictadores proliferaban", apuntó Taibo, quien a partir de esa vivencia y de lecturas de las grandes novelas sobre el poder absoluto en América Latina escribió "Querido Escorpión" (Planeta, 2013), su tercera novela.

El libro contiene "un homenaje a Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), nuestra gran, gran, mordaz, valiente, envenenada pluma del siglo XX mexicano, que me parece que hay que recuperar este sentido del humor tan importante que tuvo", afirmó.

Cuenta la historia de Arcadia, una pequeña isla del Caribe donde "un periodista menor, que lo único que pretende en la vida es tener una cafetera francesa, un traje de baño nuevo" y "dinero para comprar libros", comienza a escribir horóscopos para un diario y se convierte en el astrólogo de cabecera del dictador local.

"Todo lo que cuento no es más que un pálido reflejo de las dictaduras latinoamericanas de los años setenta y ochenta, y un pálido reflejo de la situación que se vive en América desde tiempos inmemoriales", agregó.

En la obra hay un reconocimiento a grandes plumas como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, autor de "El Señor Presidente" (1963), el colombiano Gabriel García Márquez con "El coronel no tiene quien le escriba" (1961), y el paraguayo Augusto Roa Bastos, autor de "Yo, el Supremo" (1974), la primera novela de dictadores que leyó Taibo y le dejó "obnubilado, encantado y maravillado".

El autor confiesa que le debe a esa tradición literaria tan rica sobre la vida de los hombres aferrados al poder parte de su "educación sentimental durante una época" importante de su vida que ahora le ha permitido escribir esta novela.

Esa rica tradición se ha seguido alimentando de títulos magistrales como "La fiesta del chivo", del peruano Mario Vargas Llosa, publicado en 2000.

Taibo admite que a lo largo de su vida ha tenido la sensación de que el fantasma de los tiranos latinoamericanos inspirados en el "pensamiento mágico" y las supersticiones no ha muerto, sino que está adormecido y puede despertar en algún lugar, en cualquier momento.

"Creo que la tentación de los poderes fácticos absolutos ronda por encima de nuestras cabezas mientras se va incubando el huevo de la serpiente debajo y está todo el tiempo ahí, a punto de aparecer", aseguró.

El también poeta mexicano considera que su novela muestra una vez más "que ningún poder es inocente", sino más bien un "enorme e inmenso animal que te acaba devorando".

Con todo y estas sombras, Taibo admitió que también ve luces en algunos países latinoamericanos en el ámbito del desarrollo democrático.

"Creo que Brasil está dando un ejemplo, creo que México está consolidando sus instituciones democráticas, con todas las dificultades que ello implica. Tengo la impresión de que Argentina está haciendo esfuerzos importantes al respecto", comentó.

En su opinión, "un montón de sitios están dando pasos a la modernidad", pero a la vez hay un panorama "complicadísimo" en lugares como Venezuela.

"Un presidente al que le hablan los pajaritos y le transmiten mensajes de su difundo líder (Hugo Chávez) bien podría vivir en Arcadia. Lo lamento porque raya en lo ridículo. Y sin embargo creo que Venezuela ha hecho mucho más por los pobres de su país en los últimos cinco años que un montón de países en los últimos treinta", indicó.

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