Castila y León edita una guía clínica para promover una actitud sanitaria activa ante el maltrato

  • Valladolid.- Catalogada la violencia de género como un "problema de salud" por la OMS, la Consejería de Sanidad de Castilla y León ha editado una guía de práctica clínica para promover una actitud activa, de alerta y sensibilización entre los profesionales de atención primaria y combatir esta lacra social.

Valladolid.- Catalogada la violencia de género como un "problema de salud" por la OMS, la Consejería de Sanidad de Castilla y León ha editado una guía de práctica clínica para promover una actitud activa, de alerta y sensibilización entre los profesionales de atención primaria y combatir esta lacra social.

La guía la ha presentado hoy el consejero de Sanidad, Javier Álvarez Guisasola, desde su convicción de que no se trata de "un problema baladí", como demuestra que en los dos últimos años los profesionales de atención primaria y urgencias hayan diagnosticado 1.563 casos de maltrato en la Comunidad de entre más de 32.000 cuestionarios realizados.

Por provincias, en Ávila se han detectado 70 casos, 188 en Burgos, 222 en León, 120 en Palencia, 258 en Salamanca, 69 en Segovia, 68 en Soria, 457 en Valladolid y 111 en Zamora, según los datos facilitados por la Consejería.

Con 2,1 casos diarios, gracias al servicio de detección precoz y atención a las mujeres víctimas de violencia de género creado por la Gerencia Regional de Salud, esta guía "aborda, de forma muy didáctica, los tres aspectos fundamentales para combatir desde el punto de vista sanitario la violencia de género": conocer las causas para detectar los casos, asistir a las víctimas y actuar.

Para el consejero de Sanidad se trata de hacer un "esfuerzo" para tratar de "detectar" los casos de maltrato "sin que exista denuncia".

En España, según se recoge en la guía, la prevalencia de la violencia contra las mujeres en pareja "es desconocida, aunque existen varias encuestas poblacionales que dan una idea de la extensión del problema".

Según datos del Instituto de la Mujer, entre el 9,2 y el 7,16 de las mujeres mayores de 18 años encuestadas presentaban criterios técnicos de violencia en pareja, datos que en Castilla y León fueron más altos con un 12,7 por ciento en 1999 y un 10,27 en el 2006.

El consejero ha advertido de la dificultad de contar con datos reales ya que muchos casos no han salido a la luz, por lo que estas estadística siempre son aproximadas, y quizá "la punta del iceberg", ya que se estima que se conocer menos de un diez por ciento de lo que realmente existe, según se explica en la publicación.

Álvarez Guisasola ha recordado que existe en la Comunidad un plan de formación de los médicos y enfermeras, fundamentalmente en atención primaria pero también en urgencias, para que puedan detectar y valorar la violencia cuando se producen lesiones físicas y psicológicas.

"Muchas veces este es el primer punto en el que se detectan casos violencia", de ahí su importancia, ya que existe una coordinación con los organismos judiciales para cuando se sospeche de un caso de maltrato ponerlo en conocimiento del juez de guardia.

Además de las agresiones físicas, psicológicas y en algunos casos la muerte -con cuatro fallecidas en los últimos dos años en Castilla y León por violencia machista-, también se producen alteraciones en en el núcleo familiar y social.

En la guía se explica que las dificultades para abordar el maltrato en el ámbito sanitario se deben a que los profesionales "no tienen el hábito de preguntar" por su existencia, y además "las mujeres tardan en pedir ayuda", por lo que "existe barreras relacionadas con el profesional, la víctima y el propio proceso de maltrato que dificultan la detección y la intervención".

El profesional no pregunta por temor a molestar e invadir la intimidad de la mujer, no saber como tratarlo una vez detectado, dudas de que el sistema pueda ofrecer una solución al problema o sobre la veracidad del testimonio, falta de tiempo, temor a implicarse demasiado o insuficiente preparación para abordarlo, según recoge la publicación presentada hoy.

La guía de práctica clínica explica los signos y señales de maltrato ante los que los profesionales deben estar alerta, el tipo de lesiones que pueden sugerir violencia machista, el estado psicológico de la mujer e incluso la actitud del cónyuge, y sugiere una serie de preguntas para facilitar la entrevista clínica.

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