Valladolid.- Castilla y León se ha sumado a una red novedosa, de ámbito estatal y consistente en un mayor acercamiento del contenedor de residuos al ciudadano, para la recogida de fluorescentes y lámparas de bajo consumo.
De ello se encargará la Asociación para el Reciclaje de Lámparas (AMBILAMP) con un plan de expansión de entre 1.000 y 1.500 contenedores específicos durante los dos próximos meses y que se ubicarán en ferreterías, establecimientos de luminotecnia y grandes superficies comerciales.
"De lo que se trata es de acercar el contenedor al ciudadano y no al revés, con el fin de garantizar una mayor eficacia en la recuperación de ese tipo de residuos" que hasta la fecha, en Castilla y León, se hace a través de los denominados Puntos Limpios auspiciados por las instituciones locales.
Así lo ha puesto de manifiesto, este mediodía en Valladolid, el director general de AMBILAMP, Juan Carlos Enrique, a quien ha acompañado la vicepresidenta primera y consejera de Medio Ambiente del Gobierno regional, María Jesús Ruiz, y el director general de Infraestructuras Ambientales, José Antonio Ruiz.
Los contenedores, elaborados en cartón, concebidos para una carga máximo de quince kilos y divididos en dos depósitos -uno para cada tipo de residuo: fluorescente y lámparas de bajo consumo-, dispone de un diseño llamativo para un mejor reconocimiento por parte de los ciudadanos, ha explicado Juan Carlos Enrique.
"El simple gesto de depositar una lámpara o fluorescente supone la no emisión a la atmósfera de unos diez kilos de CO2, principalmente gracias a la reutilización del vidrio", ha manifestado el director general de AMBILAMP, una asociación sin ánimo de lucro constituida en 2005 al amparo de la normativa europea.
En Castilla y León, a través de los 110 Puntos Limpios existentes, ya se recogen una de cada tres lámparas usadas, un porcentaje que se pretende duplicar con la expansión a esta comunidad autónoma de ese sistema integrado de gestión, ya que además del reciclaje incluye su posterior tratamiento.
Los residuos almacenados se trasladan hasta cuatro plantas situadas en Bilbao, Barcelona, Sevilla y Madrid, donde se separan el vidrio (para envases no alimentarios, cementos y cerámicas); el plástico (para múltiples aplicaciones); el metal (destinado a la industria siderúrgica) y el mercurio (reutilizable en las plantas desalinizadoras para producir agua potable o de riego).
La vicepresidenta y consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz, ha expresado su apoyo a esta iniciativa y recordado la política de reciclaje diseñada desde la Junta de Castilla y León que, al margen de la vinculada al vidrio, papel y cartón, cuenta también con específicas como las ligadas a los medicamentos y al aceite de uso doméstico.
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