La mujer del príncipe Guillermo no es una gran aficionada al alcohol, quizá porque le gusta tener el control en todo momento, según ha confesado un antiguo amigo de colegio."Le gusta beber un vasito de vino, pero realmente el alcohol no le sienta demasiado bien. Empieza con las risitas tras unos cuantos tragos. Es en ese momento cuando para. Nunca ha querido emborracharse y nunca ha perdido el control", comentó a la revista OK! un excompañero de Catalina en el Instituto Británico en Florencia.Es raro verle beber alcohol. Es más, durante la fiesta del 30 cumpleaños del príncipe Guillermo, Catalina se fue a la cama a la una, mientras que el resto de los invitados siguieron tomando chupitos de vodka hasta las 3 de la mañana.Ya durante su estancia en la universidad de St Andrews (Escocia) tenía la misma fama: la duquesa no bebía pese a que sí participaba en numerosas actividades lúdicas.
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