Google ha sabido captar, con los Chromecast, la esencia de lo que debería ser un gadget esencial: bajo coste, facilidad de uso y apertura de puertas a un servicio hasta la fecha desconocido. La primera versión del Chromecast le ha servido al gigante de internet para colarse en los televisores de 20 millones de personas con una filosofía muy sencilla que convierte en inteligentes a los televisores que no tienen conexión a internet. Gracias a un móvil o una tableta desde la que mandar contenidos, cualquier televisión con un puerto HDMI se convierte, por arte de magia, en una ventana a la red.
El Chromecast Audio se presentó hace unas semanas con una filosofía prácticamente igual. En lugar de conectarse a una televisión, se puede conectar a un altavoz ya sea por la salida de audio habitual de 3,5mm, una óptica o una RCA. Frente al auge de los altavoces con conexión bluetooth o wifi, Chromecast Audio opta por llevar el wifi a cualquier altavoz antiguo, o poco inteligente, para permitir que la música de Spotify o de cualquier biblioteca alojada en un móvil o una tableta suene como por arte de magia.
Frente a la moda de los altavoces bluetooth, el Chromecast Audio posee una ventaja. Al conectarse por wifi a la misma red en la que están conectados nuestros dispositivos, puede estar a varios metros de distancia sin que ello implique que se vaya a perder la conexión. Esta característica elimina la necesidad de tener el móvil o tableta cerca de los altavoces e incluso permite enviar sonido desde un ordenador.
Es interesante la salida del Chromecast Audio porque, de repente, Google ha sonrojado a Sonos y sus altavoces conectados vía wifi. Los Sonos, que también presumen de calidad de sonido, se mueven en unos registros demasiado elevados para el común de los mortales: el altavoz más barato cuesta 229 y el más caro asciende a 799 euros. Con un Chromecast Audio cualquier altavoz, cualquiera, puede replicar las habilidades de un Sonos por 39 euros. Jaque mate.
A 39 euros, la compra entra dentro de la categoría de la adquisición impulsiva. Vista la lentitud con la que avanzan los altavoces con wifi y el parque de altavoces inalámbricos pero sin conectividad alguna que se han vendido en los últimos años, el Chromecast Audio amenaza con convertirse en un éxito a la escala de su hermano televisivo.
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