Científicos españoles identifican un gen que alarga la vida


Un grupo de científicos de la Universidad Europea de Madrid ha desvelado que el secreto de una vida larga, al menos en el sur de Europa, está detrás de una variante en el cromosoma 9p21.3, que antes ya se había asociado con el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares.
Según el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), las personas que llegan a centenarias tienen una vida de al menos quince años más que un ciudadano occidental promedio. Esa excepcional longevidad es un rasgo que se hereda parcialmente, según los científicos que han participado en el estudio, cuyos resultados se publican en la revista ‘Age’.
El alelo C es la copia de este gen relacionada con un mayor riesgo. Para averiguar si este polimorfismo también se asocia con la longevidad extrema, investigadores españoles han analizado en dos cohortes independientes, tanto por la geografía como por la etnia, las frecuencias de este polimorfismo entre centenarios y adultos sanos.
La muestra estudiada contaba con 152 españoles de entre 110 y 111 años y 742 japoneses de edades entre 100 y 115 años.
La frecuencia de la variante de riesgo C en los centenarios españoles era de un 47,0%, menor que en las personas sanas que se tomaron como muestra de control en el estudio (52,9%) y los individuos con enfermedad cardiovascular (55,1%).
También se hallaron diferencias significativas entre los centenarios y los dos grupos de control al comparar sus frecuencias genotípicas, es decir, la proporción de individuos con una secuencia de genes concreta.
“Los centenarios han pospuesto enfermedades crónicas propias de la edad y la pérdida de independencia y suelen estar igual de sanos que los nonagenarios”, explica Alejandro Lucía, uno de las investigadores.
Por esta razón, según los autores del estudio, es importante intentar conocer los factores genéticos o ambientales que condicionan las posibilidades de llegar a esa edad.
Aunque son necesarias más investigaciones, los datos de este estudio coinciden con otros publicados recientemente en la población mediterránea del norte de Italia, “por lo que el efecto de este gen parece existir al menos en el sur de Europa”, concluye el investigador.

Mostrar comentarios