Cipra se convierte en un ejemplo de supervivencia y de lucha contra la despoblación

  • San Cebrián de Mudá (Palencia).- Cipra, la nueva cría de la familia de bisontes europeos salvajes que desde casi tres meses viven en la Montaña Palentina, se ha convertido en todo un ejemplo de supervivencia y en la mejor herramienta contra la despoblación.

Cipra se convierte en un ejemplo de supervivencia y de lucha contra la despoblación
Cipra se convierte en un ejemplo de supervivencia y de lucha contra la despoblación

San Cebrián de Mudá (Palencia).- Cipra, la nueva cría de la familia de bisontes europeos salvajes que desde casi tres meses viven en la Montaña Palentina, se ha convertido en todo un ejemplo de supervivencia y en la mejor herramienta contra la despoblación.

"El bisonte mas agradecido no puede ser, ha llegado aquí, se ha puesto lustroso, se come el matorral y, por si fuera poco, nos trae una cría", ha relatado Fernando Morán, responsable de la Asociación para la Conservación del Bisonte Europeo en España.

Morán es uno de los impulsores, junto con el proyecto Muruna y el Ayuntamiento de San Cebrián de Mudá (Palencia), de la llegada de los bisontes a tierras palentinas.

"Además, están en celo y demostrando que tienen ganas de traer más", ha agregado, sorprendido por la velocidad con la que esta especie en peligro de extinción, que desapareció de la Cordillera Cantábrica en el siglo XI, se está adaptando a su nuevo territorio.

Unas expectativas que les hacen pensar en nuevas posibilidades, que pasan por ampliar la reserva o incluso buscar otros lugares para estos animales procedentes de Polonia, donde viven los únicos bisontes europeos salvajes.

De allí se trajo a Palencia una unidad de cría, igual que otras se llevaron a bosques de Alemania y de Francia, con el objetivo de recuperar una especie en peligro de extinción, a través de diversos núcleos dispersos por Europa, para que críen, se mejore la línea genética y evitar la consanguinidad, ha explicado el director del proyecto Muruna, Benigno Varillas.

Por ello, el hecho de que sea hembra es muy importante, según Fernando Morán, ya que las madres no tienen nada que ver con los dos machos, lo que supone que la reserva cuenta con una hembra reproductora en potencia más.

Pero además, el nacimiento de Cipra, que toma el nombre del municipio donde ha nacido, San Cebrián de Mudá, que viene de San Ciprián, como reza la plaza del pueblo, se ha convertido en un faro de esperanza para los habitantes de la montaña.

Además de "una experiencia única y científica en la que colabora mucha gente", como la define el alcalde de San Cebrián de Mudá, Jesús González, "Cipra y toda la familia están aquí para crear puestos de trabajo".

Porque de entre todos los modelos de desarrollo el pueblo de San Cebrián de Mudá ha apostado por los bisontes y por una familia, formada por cinco hembras y dos machos, y ahora también por la pequeña Cipra, que para más orgullo es palentina.

Alrededor de la familia de bisontes San Cebrían de Mudá ha construido todo un proyecto de desarrollo, que además de luchar contra la despoblación servirá para crear espectativas y posibilidades de futuro para los jóvenes.

Con la lucha por la biodiversidad y por el regreso de un animal que fue un "tótem" en la Cordillera Cantábrica, los habitantes de San Cebrián de Mudá invitan a la gente a quedarse en sus pueblos y a otros a asentarse en tierras palentinas.

Porque el problema de la despoblación supone el fin de las estructuras agrarias, la "matorralización" de los montes, el fuego y el abandono, ha añadido el coordinador de la Asociación para la Conservación del Bisonte Europeo.

Un animal que ahora quiere convertirse en un recurso más, en una herramienta de gestión, que aporte al territorio valores como el desbroce, la caza, el turismo o la carne.

"Si podemos conseguir gente que cuide bisontes y produzca biodiversidad, este es el futuro de las zonas rurales", ha concluido.

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