Condenado un empresario a 5 años y 9 meses por contaminar el río Tordera

  • La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años y nueve meses de prisión al propietario de una empresa de extracción de áridos por contaminar gravemente una zona protegida del río Tordera, sin cesar en los vertidos pese a los seis expedientes administrativos que se le abrieron en diez años.

Barcelona, 16 sep.- La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años y nueve meses de prisión al propietario de una empresa de extracción de áridos por contaminar gravemente una zona protegida del río Tordera, sin cesar en los vertidos pese a los seis expedientes administrativos que se le abrieron en diez años.

En su sentencia, la sección novena de la Audiencia de Barcelona condena al empresario Pedro Martinell, propietario de la empresa Árids Sant Daniel de Tordera (Barcelona), por un delito contra el medio ambiente y le inhabilita durante cuatro años y medio para la dirección de actividades industriales de lavado de áridos.

El empresario, que también deberá pagar una multa de 9.000 euros, contaminó gravemente con los vertidos de su empresa una zona de humedales del río Tordera, ya difícilmente recuperable, entre los años 1998 y 2008, cuando sus pozos de extracción fueron clausurados por orden de la Agencia Catalana del Agua (ACA), con el auxilio de los Mossos d'Esquadra.

El procesado abrió una empresa de extracción y tratamiento de áridos en el año 1996, sin la preceptiva autorización administrativa para vertido de aguas residuales en cauces públicos de la Junta de Saneamiento y de la Agencia Catalana del Agua.

Ello motivó que, entre los años 1998 y 2008, se le abrieran seis expedientes administrativos -algunos de ellos sancionadores- por vertidos contaminantes ilegales y sin autorización, sin que la empresa cesara sus actividades contaminantes, mantiene la sentencia de la Audiencia de Barcelona.

Concretamente, la empresa vertió aguas residuales sin tratamiento previo, procedentes de sus procesos de lavado de materiales áridos, que contenían elevados porcentajes de sólidos en suspensión y eran canalizadas mediante un desagüe de 400 metros que desembocaba en el brazo izquierdo del cauce del río Tordera.

Por el exceso de fangos y materiales sedimentables provocado por los vertidos, se ha degradado gravemente el patrimonio natural del río, lo que impide los afloramientos naturales del acuífero subyacentes y la permanencia del sistema lagunar propio de los humedales.

Esa grave contaminación, añade la sentencia, ha ahuyentado las aves propias de esa zona y provocado que la vegetación típica de ciénaga se vea ahogada y sustituida por plantas oportunistas impropias de dicho ecosistema.

El área del río Tordera afectada está considerada Espacio Natural Protegido e integrada en el Plan de Espacios de Interés Natural de Cataluña (PEIN), así como en la Red Natura 2000 y en el Inventario de Zonas Húmedas Protegidas.

La Fiscalía de Medio Ambiente, que pedía seis años de cárcel para el empresario, abrió en 2008 una investigación penal a la industria de áridos, después de que reiteradamente el procesado desoyera las advertencias de la administración para que detuviera sus actividades contaminantes.

En su sentencia, el tribunal cree probado que el procesado "no podía ignorar ni el alcance del vertido ni sus consecuencias", que eran apreciables sin esfuerzo, ya que el agua del desagüe salía turbia y era visible la acumulación de lodos y fangos en el cauce del río.

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