Cuando la ley solo recomienda y no sanciona: en España sólo hay un 14% de mujeres directivas

    • La Comisión Europea no ha conseguido aún articular una propuesta común para imponer un porcentaje mínimo de representación de mujeres en los órganos de gobierno de grandes corporaciones.
    • En España, la ley establece un objetivo de paridad para este año, pero es apenas una recomendación, sin sanciones.
Ana Patricia Botín preside mañana su primera junta del Santander, apenas seis días después de la muerte de su padre
Ana Patricia Botín preside mañana su primera junta del Santander, apenas seis días después de la muerte de su padre

Según un informe de la OCDE, hay más mujeres con estudios superiores entre la población de jóvenes de 25 a 34 años de edad, pero hay más hombres que obtienen un trabajo con ese nivel de titulación.

En concreto, sólo el 66% de las mujeres están empleadas en comparación con el 80% de los hombres. El porcentaje se reduce aún más si se consideran los puestos de responsabilidad. Cuando la ley solo recomienda y no impone sanciones se pueden ver estas cifras: Apenas un 12% de los puestos de responsabilidad en las grandes compañías está ocupado por una mujer. En Suecia o Finlandia, en cambio, el 25% de los consejeros de administración son mujeres. En Portugal, menos del 5%.

La Comisión Europea no ha conseguido aún articular una propuesta común para imponer un porcentaje mínimo de representación de mujeres en los órganos de gobierno de grandes corporaciones. Hace apenas unos meses, la directiva no logró salir adelante por la oposición del bloque, liderado por Alemania y Reino Unido, que hicieron caer la propuesta en saco roto sin necesidad de someterla siquiera a votación.

Los países europeos se encuentran fuertemente divididos ante un asunto que la UE viene planteando cada con insistencia desde hace años. Otros, como Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Hungría y Países Bajos opusieron también importantes reticencias a esta norma. Italia y Francia se mostraron a favor. España apoyaba también la directiva, aunque pedía una mayor flexibilidad a la hora de imponer sanciones por incumplimiento.

Aunque es cierto que ni Bruselas cumple con sus propias regañinas. Ningún banco central está gobernado por mujeres, y en los órganos de dirección financieros, la presencia femenina es apenas del 16 por ciento. Ello, a pesar de que han sido reiterados los informes salidos de la Unión sobre las bondades de la contratación de mujeres para altos puestos.

Se estima que las compañías con mujeres en la comisión ejecutiva mejoran su rendimiento un 41 por ciento de media, y un 56 por ciento su resultado operativo, en relación a las formadas únicamente por hombres. Si la media de empleo de las mujeres en estos puestos fuese similar a la de los hombres, el PIB de la Unión aumentaría un 30 por ciento, ha dicho de forma tajante la Unión en varias ocasiones.

En España, la ley establece un objetivo de paridad para este año, pero es apenas una recomendación, sin sanciones. El Círculo de Empresarios ha sido uno de los organismos que también se han mostrado contrarios a que la incorporación de la mujer a los puestos directivos sea exigida.

A principios del pasado año, 31 empresas, 12 de ellas cotizantes del Ibex 35, firmaban un convenio con el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad para aumentar en los próximos cuatro años el número de mujeres en sus puestos directivos. Su objetivo es alcanzar una plantilla del 20 por ciento de mujeres en sus cargos de dirección, o aumentar el número de directivas en al menos cinco puntos porcentuales. El acuerdo tampoco incentivos ni sanciones, sino que se entiende como un instrumento de estímulo.

A nivel europeo, según un estudio de la Comisión, sólo un 17'6 por ciento de los puestos directivos estaban ocupados, el año pasado, por mujeres. Nuestro país se queda tres décimas por debajo y ocupa el puesto 16, de manera similar a otros países, como Francia o Italia, donde nueve de cada diez directivos son hombres.España se queda sin jefas

En 2014, 31 empresas, 12 de ellas cotizantes del Ibex 35, firmaban un convenio con el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad para aumentar en los próximos cuatro años el número de mujeres en sus puestos directivos. Su objetivo es alcanzar una plantilla del 20 por ciento de mujeres en sus cargos de dirección, o aumentar el número de directivas en al menos cinco puntos porcentuales. El acuerdo no supone incentivos ni sanciones, sino más bien un compromiso de buenas intenciones.

Las cifras sacan los colores.Según un informe publicado por la escuela de negocios IESE,las empresas del Ibex contaban en 2013 únicamente con cuatro mujeres entre sus consejeros ejecutivos. Ana Patricia Botín en el Banco Santander, Eva Castillo de Telefónica, Vanisha Mittal en Arcelor y Dolores Dancausa, en Bankinter.

Si la cifra es nimia, aún lo es más si atendemos a las presidencias. Sólo dos mujeres, Ana María Llopis, en Día, y Esther Alcocer Koplowitz, de FCC, encabezan las principales empresas de nuestro país. En total, apenas 64 mujeres se sientan en sus consejos, una cifra que representa el 12'75 por ciento del total.

Los números están lejos de las recomendaciones que establece Bruselas.Recomendaciones, porquela propuesta aprobada el año pasado relaja las pretensiones iniciales de la Unión de obligar a las empresas a una cuota del 40 por ciento de mujeres en puestos directivos,defendida por la vicepresidenta Viviane Reding.

La medida tropezó desde el principio con la árida oposición de un bloque de países liderado por Reino Unido, con Países Bajos y Dinamarca como destacados aliados.La presión obligó finalmente a la UE a suavizar sus objetivos.

En octubre pasado, el Parlamento aprobaba mantener la cifra del 40 por ciento, pero dejando en manos de los Estados la vigilancia de su cumplimiento. Esto es, que serán los países los encargados de concretar la consecución de objetivos y también las sanciones en caso de incumplimiento, algo que en la práctica, supone que las empresas podrán justificarse informando a las autoridades de los motivos por los que no alcanzaron este compromiso. Si una empresa persiste en el incumplimiento, el Gobierno correspondiente podría aplicarle una sanción.

Aunque es cierto que ni Bruselas cumple con sus propias regañinas. Ningún banco central está gobernado por mujeres,y en los órganos de dirección financieros, la presencia femenina es apenas del 16 por ciento. Ello, a pesar de que han sido reiterados los informes salidos de la Unión sobre las bondades de la contratación de mujeres para altos puestos.

Se estima que las compañías con mujeres en la comisión ejecutiva mejoran su rendimiento un 41 por ciento de media, y un 56 por ciento su resultado operativo, en relación a las formadas únicamente por hombres.Si la media de empleo de las mujeres en estos puestos fuese similar a la de los hombres, el PIB de la Unión aumentaría un 30 por ciento, ha dicho de forma tajante la Unión en varias ocasiones.

A nivel europeo, según un estudio de la Comisión, sólo un 17'6 por ciento de los puestos directivos estaban ocupados, el año pasado, por mujeres. Nuestro país se queda tres décimas por debajo y ocupa el puesto 16, de manera similar a otros países, como Francia o Italia, donde nueve de cada diez directivos son hombres.

Las estadísticas suelen presentar oscilaciones. Y si miramos los datos en términos globales, España se situaría en el puesto 35 del ránking de países con mujeres jefaselaborado por la auditoría Grant Thornton International. Según esta escala, nuestro país, con un 21 por ciento, se quedaría por detrás de otros como Botswana, Taiwan o Malasia.

El estudio sitúa a China como el mejor país para las mujeres que quieran optar a puestos directivos. Allí, el 51 por ciento de los altos cargos están ocupados por una directora.En términos contrarios se sitúa Japón que, como es tradicional, cierra la lista con apenas el 7 por ciento de puestos ocupados por mujeres.

Los expertos han situado este hecho como un termómetro de alta fiabilidad de la salud de la economía. Así, indican, mientras las economías más emergentes de la actualidad están optando en bloque por la contratación de mujeres para asumir funciones de mando, las economías tradicionales, rígidas y azotadas por la crisis, se han quedado rezagadas a la hora facilitarles el camino a la dirección.

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