David Taguas, el economista feroz

  • El economista David Taguas, fallecido hoy de un infarto a los 59 años, se caracterizó en su vida profesional por defender de manera implacable sus ideas sobre política económica, un ejercicio en el que no ahorró críticas a nadie, ni al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el que trabajó.

Matilde Martínez

Madrid, 20 feb.- El economista David Taguas, fallecido hoy de un infarto a los 59 años, se caracterizó en su vida profesional por defender de manera implacable sus ideas sobre política económica, un ejercicio en el que no ahorró críticas a nadie, ni al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el que trabajó.

Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Navarra y licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid, Taguas llegó al Ejecutivo de Zapatero de la mano de Miguel Sebastián, a quien sustituyó al frente de la Oficina Económica del Presidente en diciembre de 2006 y con quien había trabajado en el servicio de estudios del BBVA.

Estuvo en el cargo poco más de un año, antes de que estallara la crisis económica, una recesión cuyo calado él aseguraba que fue imposible prever en unos momentos en que la economía española crecía a tasas anuales superiores al 3 %.

Lo que se avecinaba sólo se podía haber previsto con una bola de cristal, defendía Taguas en los últimos días en los que estuvo promocionando su libro "Cuatro bodas y un funeral. Cómo salir de la crisis sin salir del euro" (Ediciones Deusto).

Tras mantener un perfil discreto en La Moncloa, Taguas salió a la luz pública después de su polémico nombramiento como presidente de la patronal de las grandes constructoras Seopan, una designación que obligó al Gobierno a dar explicaciones en sede parlamentaria.

La oposición consideró poco ético que alguien que asesoraba directamente al presidente del Gobierno pasara a dirigir uno de los principales grupos de presión del país, aunque la Oficina de Conflictos de Intereses constató que no había ninguna incompatibilidad.

Los constructores nunca estuvieron especialmente contentos con la labor de Taguas, aunque le mantuvieron al frente de patronal durante casi cuatro años hasta que Mariano Rajoy llegó al poder, momento en el que no dudaron en destituirle.

Tampoco Taguas se sintió del todo cómodo como defensor de los intereses de unas empresas que en aquel momento se limitaban a demandar al Gobierno ayudas y planes de infraestructuras para salvar un sector que estaba en caída libre.

"A mi lo que me gusta es hablar de macroeconomía", repetía a la mínima ocasión en aquellos años, en los que fue muy crítico con la política económica del Gobierno frente a la crisis.

Defensor de las reformas y los ajustes para reequilibrar la economía, Taguas apostó por una reforma fiscal y laboral, por incrementar la inversión en infraestructuras y por recapitalizar y reestructurar el sistema financiero.

Su carácter seco y su voz grave y ronca no invitaban a los periodistas a acercarse al economista, que sin embargo no dudaba en ponerse a pintar gráficos y dar explicaciones prolijas cuando se le reclamaban pronósticos macroeconómicos o aclaraciones sobre la coyuntura.

La actividad docente tuvo un papel importante en su vida profesional desde los años 90, ya que fue profesor de ICADE y de la Universidad Carlos III de Madrid, entre otras, y desde 2001, profesor asociado de Macroeconomía de la Universidad de Navarra.

En la actualidad ocupaba el cargo de director del Instituto de Macroeconomía y Finanzas de la Universidad Camilo José Cela, una actividad que compaginaba con la publicación de libros y la participación en numerosos congresos, además de con la colaboración en medios de comunicación.

David Taguas estaba casado y tenía dos hijos.

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