La mujer decapitada por su pareja plasmó en un diario su calvario y rogaba a Dios que le "alejara de ese mal"

  • El asesino alquiló el día después del doble crimen un trastero en el que podría haber guardado los cuerpos mutilados
La mujer decapitada por su pareja plasmó en un diario su calvario y rogaba a Dios que le "alejara de ese mal"
La mujer decapitada por su pareja plasmó en un diario su calvario y rogaba a Dios que le "alejara de ese mal"
EUROPA PRESS
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Una testigo en el juicio contra Raúl Álvarez del Río, quien confesó ayer haber matado a su pareja y a la hija de ésta en junio de 2014, ha relatado a la Sala que juzga los hechos que veinte días después de la desaparición de las víctimas encontró en una taquilla un diario en el que Adolfina Puello plasmó el calvario que vivía con su agresor y escribía frases como "Dios, ayúdame a alejarme de este mal".

Así lo ha relatado durante su testimonio una amiga de la víctima ante el Jurado Popular de la Audiencia Provincial de Madrid que enjuicio los hechos ocurridos el 30 de junio de 2014. Cinco meses después del crimen, los cuerpos se hallaron mutilados, con la cabeza, pies y manos cortadas, en un pozo situado en un pareja de un pequeño pueblo de Zamora.

Durante toda la sesión, el procesado se ha mantenido frío y atento al relato de los testigos, hablando en varias ocasiones a su abogado al oído. Los abogados de las acusaciones tienen el convencimiento por su actitud de que no se arrepiento de los hechos, cuya autoría confesó ayer sin dar detalle de cómo y por qué lo hizo.

"Le tenía pánico. Adolfina era una persona alegre y pasó a ser una persona reservada y que no salía de la cama. Siempre estaba mirando a la pared y escribiendo algo. Pensé que eran cuentos que escribía. Luego encontré oculto en una bolda de una taquilla del trabajo un diario", ha relatado la testigo, quien ha narrado varios episodios que reflejan el control que ejercía el acusado sobre su víctima, así como la confesión que le hizo la hija acerca de que la pegaba se portara bien o mal.

La mujer ha detallado que Adolfina tenía una lista de palabras que pronunciaba mal y que el procesado le obligaba a escribir en un cuaderno de caligrafía. "Tenía que escribir amor, amor, amor con 'erre' Si no lo hacía se enfadaba. Le tenía miedo", ha dicho.

MÓVIL ECONÓMICO

Asimismo, ha desvelado que el día que el hombre mató a las mujeres, la niña se disponía a viajar con 10.000 euros a República Dominicana, un dinero que era para abonar el último pago de un piso que Adolfina había comprado en su país. Esto hecho hace pensar que el móvil del crimen, hasta ahora desconocido, podría ser económico, dado que el acusado también se quedaba con el dinero que la mujer ganaba trabajando en una Casa de Citas.

En la sesión también se ha conocido que un día después del crimen, Álvarez del Río alquiló un trastero en la calle Aldea Balboa, en el distrito de Tetuán. Las acusaciones sospechan que pudo guardar ahí los cuerpos mutilados de la mujer y de su hija, que habría trasladado en una maleta de grandes dimensiones. Éste extremo se sabrá cuando se proyecten las imágenes que grabaron las cámaras de la empresa que le alquiló el habitáculo, así como los agentes de la Policía Científica.

En su declaración, el acusado relató ayer que forcejeó con Adolfina y la agarró por el cuello hasta que la mató. Sin embargo, no pudo precisar el modo con el que terminó con la vida de la hija de Adolfina, Argelys.

La Fiscalía de Madrid solicita 38 años de prisión para Raúl Álvarez, el asesino confeso de su ex pareja Adolfina Puello y la hija de ésta, cuyos cadáveres aparecieron en noviembre de 2014 en un pozo junto a un río en un pequeño municipio de Zamora.

Se le acusa de un delito de malos tratos, uno de homicidio, otro de asesinato, los últimos con la agravante de parentesco. Además, se pide una indemnización a los padres de la fallecida de 100.00 euros y otra para los abuelos de la niña de 35.000 euros a cada uno de ellos.

La Policía encontró los cadáveres de sus víctimas en un pozo del pequeño municipio de San Vicente de la Cabeza (Zamora). Al parecer, el acusado las habría asfixiado y habría trasladado sus cuerpos hasta la zona donde se hallaron os cadáveres.

Ambas fallecidas eran dominicanas. La menor era fruto de una relación anterior de Adolfina Puello con un hombre que falleció también trágicamente en República Dominicana. Fue la abuela paterna, residente en España, la que denunció la desaparición de ambas el 30 de junio de 2014.

Adolfina tenía pensado tomar un vuelo a su país, pero no llegó ni a coger sus maletas de casa. Raúl Álvarez tenía desde hace tres años una relación sentimental con ella y pasaba buena parte del tiempo en la casa de Adolfina, situada en la calle Sancho Panza del barrio madrileño de Vallecas.

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