Demuestran un nuevo método para conocer las áreas de campeo del buitre negro

Ciudad Real.- Un estudio ha logrado demostrar cómo, a través de la recogida de los crotales (identificadores) que porta el ganado doméstico, se pueden reconocer y evaluar las áreas de campeo que emplea el buitre negro (aegypius monachus) en la búsqueda y adquisición de alimento.

El trabajo, que ha sido realizado por los naturalistas Rubén Moreno-Opo, Ángel Arredondo y Francisco Guil, se ha llevado a cabo en la colonia de buitre negro que se localiza en la Umbría de Alcudia, en el suroeste de la provincia de Ciudad Real, en la zona centro-sur de España.

Los investigadores han elegido esta colonia de cría para realizar su estudio por ser la cuarta más importante para esta especie en España, al cobijar un total de 129 parejas.

La principal novedad de este estudio es que emplea un método indirecto para localizar las aves, al utilizar como base de datos los crotales identificativos que se les coloca a vacas, ovejas, cabras y cerdos, según ha explicado a EFE Rubén Moreno-Opo, uno de los autores del estudio.

Los buitres negros, cuando se alimentan, pueden ingerir las marcas de plástico que portan los cadáveres de los animales domésticos y posteriormente lo regurgitan al exterior junto con los restos no digeridos de hueso o pelo (lo que se conocen como egagrópilas).

Entre los datos más interesantes del estudio, destaca que se ha demostrado que los buitres recorren grandes distancias para alimentarse y en algunos casos más de 300 kilómetros en línea recta.

Estas largas distancias, ha añadido Moreno-Opo, pueden realizarlas en varios días aunque la media de los desplazamientos de los buitres desde sus nidos hasta donde localizan los cadáveres de ganado, en el caso de la colonia de la Umbría de Alcudia, es de 26 kilómetros en línea recta.

Los desplazamientos de los individuos adultos "suelen ser más amplios fuera de la época de cría", mientras que los jóvenes se desplazan largas distancias en movimientos erráticos entre distintas colonias de cría y zonas con elevada abundancia de presas potenciales: es lo que se conoce como movimientos juveniles de dispersión.

Hasta ahora, para conocer los desplazamientos del buitre negro el método más empleado ha sido el radioseguimiento, un sistema que permite conocer el comportamiento y las localizaciones de los individuos radiomarcados con el matiz de que el número de ejemplares estudiados está limitado a la disponibilidad de equipos de radioseguimiento, que generalmente tienen un elevado coste.

Por contra, el estudio de crotales permite abarcar un número más amplio de ejemplares y extrapolar el comportamiento de campeo de un elevado número de ejemplares presentes en la colonia objeto de estudio.

Los autores del estudio afirman que uno de las cuestiones que desvela su trabajo es que las áreas de campeo de estas especies amenazadas suelen estar exentas de adecuadas medidas de protección y gestión.

Además, es básico para mantener la diversidad biológica de estas especies "seguir promocionando los aprovechamientos ganaderos tradicionales" que permiten que las rapaces encuentren las condiciones ideales para satisfacer sus necesidades de alimentos.

Los autores abogan por fomentar la ganadería extensiva, que padece en la actualidad un declive económico y social acusado y cuya pérdida puede llevar consigo que desaparezcan del campo los cadáveres de la ganadería ovina y caprina, que son una fuente primordial de alimento para las especies necrófagas en toda la región mediterránea.

"La presencia de ganado resulta clave para que numerosas especies puedan satisfacer sus necesidades", han indicado los autores agregando que las aves necrófagas han sido, tradicionalmente, aliadas de los ganaderos ya que retiraban del campo la carroña y la biomasa de animales en putrefacción "de forma higiénica y sostenible".