Existe "un aproximado de 100 quejas y denuncias formales" por parte de cubanos ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), e incluso la fiscalía general, por casos de extorsión, abusos y malos tratos en diversas estaciones migratorias del país, dijo en conferencia de prensa Alberto Donis, coordinador de un albergue humanitario para migrantes en Oaxaca (sur de México).
El activista explicó que cuando los cubanos retenidos piden ejercer su derecho a hacer una llamada a un familiar, los agentes migratorios toman nota del nombre y número telefónico, pero les impiden comunicarse.
Luego, los funcionarios llaman a los familiares específicamente radicados en Estados Unidos haciéndose pasar por traficantes de personas o secuestradores y les dicen: "solo es cuestión de que nos mandes dinero, de 3.000 a 5.000 dólares", para liberarlo, añadió.
Otra forma de extorsión consistiría en cobrar a los cubanos el oficio de salida de la estación migratoria, un documento al que tienen derecho gratuitamente cuando se cumple el lapso establecido para su retención.
Por su parte, el INM emitió un comunicado en el que "rechaza las acusaciones infundadas, que sin ningún sustento demerita el trabajo de funcionarios".
Sin embargo, la institución reconoció que la CNDH "revisa" denuncias sobre "presuntos malos tratos" en una estación migratoria de Ciudad de México.
Consultada por la AFP, la fiscalía general no ofreció inmediatamente información sobre denuncias por parte de cubanos indocumentados.
Alejandro Solalinde, un párroco católico reconocido por su defensa de los derechos de los migrantes, aseguró que cotidianamente recibe numerosas llamadas de familiares de cubanos detenidos por agentes migratorios, quienes "llorando" le relatan las exigencias de dinero que padecen so pena de que les manden "los dedos" cortados de su familiar retenido.
Numerosos cubanos se aventuran en alta mar a bordo de enclenques embarcaciones con la esperanza de llegar a costas de México, donde buscan radicarse de manera ilegal con el propósito de ingresar luego en territorio estadounidense.
Bajo la política conocida como "pies secos/pies mojados", Estados Unidos otorga la residencia a los cubanos que pisan su territorio, pero deporta a los que son capturados en el mar.
La cifra de "balseros" cubanos que llegaron a Estados Unidos o fueron capturados en sus costas se ha disparado desde que La Habana y Washington anunciaron en diciembre que retomarán relaciones diplomáticas tras medio siglo de enemistad.
Solo el pasado diciembre, 481 cubanos fueron capturados en el mar o llegaron a las costas de Estados Unidos, un aumento de 117% respecto al mismo mes de 2013.
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