Se dispara un 30% 

Los 'inocentes' juegos que convierten a niños en víctimas de pornografía infantil

Imagen de una operación contra la pornografía infantil
Imagen de una operación contra la pornografía infantil
Guardia Civil

Todo empieza como si fuera un juego. ¿A ver si te atreves a...? Hay veces en las que quien logra ir superando las pruebas recibe una recompensa económica o material (dinero, una consola, joyas...), pero en otras ocasiones no es necesario porque a la futura víctima le basta con saber que tiene un seguidor más. Primero te piden que hagas un baile, una pirueta o que cantes una canción, luego que lo repitas pero quitándote la camiseta, a continuación que guiñes un ojo, o que te quedes en calzoncillos... y así hasta 15 peticiones más en las que cada vez se sube el tono hasta lograr que ese niño que solo pensaba en jugar con su nuevo amigo conocido en una red social acabe siendo una víctima de pornografía infantil que no se atreve a decir nada a sus padres por miedo a que ese pedófilo cumpla sus amenazas. No tienen edad suficiente para ser conscientes de que al otro lado de la pantalla la otra persona tiene un único fin: el sexual.

Lo relatado es la historia de un menor a cuya familia alertaron hace unos días después de que la Guardia Civil avisara a la Fiscalía de Menores cuando tuvo conocimiento de dichos vídeos por el riesgo que corría el niño. Pero la historia de este pequeño de ocho años no es, por desgracia, un caso aislado en estos días en los que el coronavirus ha matado ya a casi 21.000 personas en España y nos ha llevado al confinamiento. Desde que se decretara el estado de alarma el número de usuarios que comparten archivos de pornografía infantil se ha incrementado en un 30%, según fuentes del departamento de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Los datos son escalofriantes. Este repunte mide el número de direcciones IP ubicadas en España desde las que se están consumiendo o distribuyendo archivos pedófilos. 

El modus operandi de los pedófilos no es nuevo, pero ahora saben, y lo comentan entre ellos según conversaciones detectadas por Europol en sus chats, que la ventana de oportunidades es más alta. Cuando salen a 'buscar' nuevas víctimas lo primero que hacen es ganarse la confianza del menor. Y eso requiere tiempo de conexión para ir convenciéndole progresivamente de que participe en las actividades que le proponen hasta que logran la imagen o vídeo sexual buscado e incluso que implique a algún amigo para salir juntos. Ahora todos estamos más tiempo delante de una pantalla y los más pequeños incluso están conociendo nuevas formas de comunicarse con sus compañeros de clase, lo que también les abre más ventanas a Internet. 

No hay que olvidar que en todas las redes sociales en las que haya menores puede haber pedófilos -los expertos ya alertaban de los peligros de Tik Tok- y al igual que "cuando un niño sale a la calle y sus padres le dicen que no se vayan con ningún extraño, en Internet es de los primeros consejos que hay que darles", al mismo tiempo que se les debe advertir de que en la red es mucho más fácil engañar que en la vida real. También recomiendan los expertos evitar que el pequeño se encierre en su habitación cuando está conectado a la red, algo que no siempre sucede, por lo que hay que intentar saber en qué redes sociales tiene perfiles y si ha sumado nuevos seguidores más allá de los conocidos para estar al tanto de lo que ve, con quién habla y lo que hace. Son varias las redes en las que  muchos de nuestros menores tienen ya su perfil creado y están familiarizados con subir fotos o vídeos. Hasta ellos llegan estos pedófilos escondidos tras el anonimato que permite la red. Y si consiguen engañar a los adultos...

Estar delante de la pantalla no es un problema, pero no tener control de lo que hacen puede que sí. El ciberacosador se sirve del engaño ocultándose bajo una falsa identidad en algunas ocasiones haciéndose pasar por un menor para ganarse la confianza de su víctima desde el principio. Pocos piensan que no tenga la edad que dice cuando están viendo un vídeo suyo. Lo que los pequeños no saben es que existen numerosas aplicaciones que consiguen proyectar una imagen pero que no se corresponde con el sujeto. Suelen hablar por el chat sí, pero  nada tiene que ver el que escribe con el que aparece en la imagen. Entre los propios pedófilos se comparten estos vídeos 'trampa' en los que cada vez se consigue más realidad y llegan a saludar cuando la víctima lo pide. "Algunos padres piensan que sus hijos jamás se quedarían en calzoncillos delante de un extraño, pero lo hacen porque para ellos ese nuevo amigo no es un extraño". Lo pueden haber conocido en su red social, en un juego online...

Los pequeños pueden no percatarse de sus verdadera intenciones, pero tanto desde la Guardia Civil como desde la Policía Nacional no paran de rastrear estos contenidos.  Así, ayer era detenido en España un joven de veinte años de edad como presunto autor de un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil. En el registro de su domicilio los investigadores intervinieron un ordenador portátil y varios dispositivos de almacenamiento. En uno de estos dispositivos se detectó que guardaba más de 5.000 archivos de contenido pedófilo. Además, también se pudo comprobar que parte de estos archivos habían sido compartidos a través del teléfono móvil, utilizando una conocida aplicación de mensajería instantánea, por lo que la investigación continúa abierta.

Uno de los consejos que el inspector Israel Díaz, jefe del Grupo Primero de Protección al Menor de la Unidad Central de ciberdelincuencia de Policía Nacional quiere recordar es que "cuando se detecta algún tipo de material que pueda ser objeto de delito lo que nunca tiene que hacer ningún ciudadano es compartirlo en un grupo de Whatsapp para preguntar por ello porque eso contribuye a victimizar aún más el menor en el caso de que al final sea una víctima porque nosotros podemos tener claro a quien se lo pasamos, pero no sabemos si la cadena parará ahí y si esa persona acaba reenviando el mensaje a alguien que no conocemos ni sabemos lo que hará con ese contenido". 

Destaca Díaz que aunque según pasan las semanas el porcentaje de material de pornografía infantil que se comparte va decreciendo, la "tendencia sigue siendo alcista". Y al mismo tiempo que eso sucede también resalta que las denuncias de los ciudadanos aumenta porque al igual que los pedófilos tienen más tiempo para buscar nuevas víctimas en la red, el resto de ciudadanos también lo están. Hablan desde policía de unas fotos que se han viralizado en una red social conocida y cuya investigación está en marcha. 

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