Dublín sopesa investigar al cardenal primado Brady por "tapar" a un sacerdote pederasta

  • Dublín.- El Gobierno de Dublín sopesó hoy la posibilidad de que la Policía investigue al primado de la Iglesia Católica irlandesa, el cardenal Séan Brady, presionado para que dimita por ocultar los maltratos de un sacerdote pederasta.

Dublín sopesa investigar al cardenal primado Brady por "tapar" a un sacerdote pederasta
Dublín sopesa investigar al cardenal primado Brady por "tapar" a un sacerdote pederasta

Dublín.- El Gobierno de Dublín sopesó hoy la posibilidad de que la Policía investigue al primado de la Iglesia Católica irlandesa, el cardenal Séan Brady, presionado para que dimita por ocultar los maltratos de un sacerdote pederasta.

Así lo manifestó hoy John Gormley, titular de Medioambiente y líder del Partido Verde, socios minoritarios en el Ejecutivo del primer ministro irlandés, el centrista Brian Cowen.

Gormley indicó que no se opondrá a una intervención policial, pero reconoció que existen puntos de vistas conflictivos sobre si el religioso cometió un delito cuando, en 1975, condujo una investigación sobre dos casos de abusos cometidos por el padre Brendan Smyth.

Brady estuvo presente en dos reuniones en las que se pidió a los menores que hiciesen votos de silencio, cuando el ahora cardenal actuaba como secretario del obispo de Kylmore, Francis McKiernan.

No obstante, el primado se ha defendido ahora diciendo que no trató de ocultar aquellos casos para proteger a la Iglesia, sino que solamente no los denunció a las autoridades civiles, ya que, insistió, ésa no era su responsabilidad.

Preguntado hoy sobre su dimisión, Gormley afirmó que éste es un asunto que concierne "a la autoridades religiosas y al cardenal mismo".

"Supongo que, de muchas maneras, es un caso en el que triunfa el mal, en el que un buen hombre se mantuvo al margen de la situación. Supongo que esto concierne a la Iglesia y al cardenal Brady y su conciencia. Él es quien tiene que abordarlo", declaró el líder ecologista.

Sus palabras contrastan con las de los grupos de víctimas, que elevaron hoy la presión para forzar su dimisión, así como la del Partido Laborista -tercera fuerza nacional-, que pidió lo mismo al recordar que el primado carece ahora "de toda autoridad moral".

Aunque los abusos físicos y psíquicos de niños en parroquias e instituciones educativas públicas gestionadas por la Iglesia han sido sistemáticos desde la creación del Estado Libre irlandés (1922), uno de los primeros casos que alcanzó notoriedad fue el del cura norirlandés Brendan Smyth, quien ejerció en Belfast, Dublín y EEUU.

Su detención golpeó no sólo a la Iglesia católica y a la sociedad, incrédula aún respecto a este tipo de casos, sino también al Gobierno de la época, que abandonó el poder por su chapucero manejo del proceso de extradición a Irlanda del Norte de Smyth, quien falleció en prisión en 1997 a los 70 años de edad.

El propio Brady declaró el pasado diciembre que estaba dispuesto a presentar su dimisión si se demostraba que algún menor fue víctima de abusos por culpa de su mala gestión.

La Oficina de Comunicaciones Católica emitió hoy un comunicado en el que dice que los informes proporcionados por Brady en 1975 llevaron al entonces obispo McKiernan a prohibir a Smyth "decir misa, escuchar confesión y desarrollar otras" labores pastorales.

Este nuevo escándalo se produce después de que el pasado noviembre el llamado "Informe Murphy", fruto de una investigación judicial, desvelase la connivencia de la Iglesia católica con el Estado para ocultar durante décadas cientos de abusos sexuales en las parroquias de la diócesis de Dublín.

El pasado mes de diciembre, el obispo de Limerick, Donal Murray, dejó el cargo después de que el citado informe calificase de "inexcusable" su actitud con un sacerdote sospechoso de pederastia.

A esta renuncia le siguió la del obispo de Kildare, James Moriarty, y la de los obispos auxiliares en la archidiócesis de Dublín Eamonn Walsh y Raymond Field.

El único de los cinco altos clérigos criticados en el documento que todavía se aferra al cargo es el obispo de Galway, Martin Drennan, quien sostiene que el informe no le señala personalmente a él.

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