EE.UU. considera "manejable" la agitación y los brotes violencia en Haití

  • Washington.- El embajador de EE.UU. en Haití, Kenneth Merten, afirmó hoy que Washington mira con preocupación el caos y la inseguridad en la nación caribeña, con algunos saqueos y brotes de violencia, pero aseguró que en estos momentos "no es algo que sea imposible de manejar".

EE.UU. intenta acallar las críticas de varios países en un comunicado conjunto con Haití
EE.UU. intenta acallar las críticas de varios países en un comunicado conjunto con Haití

Washington.- El embajador de EE.UU. en Haití, Kenneth Merten, afirmó hoy que Washington mira con preocupación el caos y la inseguridad en la nación caribeña, con algunos saqueos y brotes de violencia, pero aseguró que en estos momentos "no es algo que sea imposible de manejar".

En una entrevista en el programa "Today" de la cadena de televisión NBC, el responsable de la legación estadounidense en Puerto Príncipe reconoció que la situación de la seguridad en Haití luego del terremoto que sacudió al país el pasado 12 de enero "obviamente no es perfecta", porque la policía haitiana "está bajo mínimos".

Además, dijo, la fuerza de la ONU tampoco puede ejercer sus tareas cómo quisiera debido a la pérdida de personal que ha sufrido.

En Haití, el caos y la inseguridad amenazan la continuidad de las operaciones de distribución de alimentos, ya que la llegada de los camiones con paquetes de ayuda genera casi siempre tumultos y escenas de gran excitación.

La desesperación en Haití por las demoras en el reparto de agua y comida ha dado pie a algunos saqueos y brotes de violencia.

En los comercios del centro ciudad, los saqueos continúan casi con impunidad: grupos de muchachos se cuelan en comercios cerrados o almacenes y arrojan desde el tejado todo tipo de mercancías a los miles de personas que los reciben abajo.

Los militares de la ONU pasan por delante sin intervenir, mientras que la policía haitiana dispara al aire sin éxito, según pudo comprobar Efe.

Pese a ello, Merten considera que "las cosas están marchando razonablemente bien".

"Hay que tener en cuenta que no hay una seguridad perfecta aquí, incluso en las mejores circunstancias. Nuestra valoración es que, mientras estamos observando la situación y estamos preocupados, no consideramos que sea algo que no fuera manejable en este momento", explicó el embajador estadounidense desde Puerto Príncipe.

Merten indicó que las tareas de seguridad corresponden, en primer lugar, a la policía haitiana, que tiene una capacidad limitada, y después a las fuerzas de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah).

"Nuestras tropas están listas (para intervenir) en aquellos casos en los que ni la policía haitiana ni las tropas de la ONU pueden proveer seguridad. Lo hemos hecho en un par de ocasiones aisladas, pero hasta ahora, en la mayoría de los casos, la policía haitiana y la fuerza de la ONU han sido capaces de manejar la situación", dijo.

Merten afirmó que el centro de Puerto Príncipe, "se parece a lo que me imagino tenía que haber sido Tokio después de la Segunda Guerra Mundial. Está aplastado. Es una situación increíble".

Los brotes de violencia son un reto de seguridad que dificulta las tareas humanitarias en el país caribeño, azotado la semana pasada por un terremoto de 7 grados en la escala de Richter que ha dejado miles de muertos.

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